Después de unos meses de vivir, amar, sufrir y pelear con el sistema de transporte público limeño; me queda claro que hay mucho que resolver. Pero me queda más claro que más que una reforma, más que una fórmula mágica que lo resuelva todo y más que un alcalde con aires de súper héroe, necesitamos que la gente que lo usa respete al otro. Al otro usuario, a ese otro que ha tenido, quizás, el mismo día terrible que tú y que necesita la comprensión y respeto que facilitará el largo camino de regreso a casa.
Viviendo en otros países, conocí una serie de “reglas” que en algunos casos como Singapur, se penan con hasta aproximadamente 1000USD. Y aunque eso me parezca una exageración, no está de más seguir normas de convivencia en el transporte público. Estas 10 normas, que se me ocurrieron mientras estaba apretada en la 10, quizás sean el camino para empezar.
- Amigo, baja tu mochila, ¡en serio! Nos llega a todos que el cobrador nos diga qué hacer. ¿Quién es él? ¿Quién se ha creído? Yo estoy de acuerdo, pero la lógica detrás de eso, tiene sentido. Tu mochila ocupa un espacio clave, que no solo puede hacer ocupado por alguien más sino que además obstruye el tránsito de las personas que suben y bajan. Y tú que estás sentado cómodamente, puedes ofrecerte a cargarla. Es una cortesía valiosa para ese estudiante que ha sacado 8 libros de la biblioteca. “Colabora pe, varón”.
- No, gracias… Prefiero no compartir el virus. Abre la ventana y si tienes frío, sal más abrigado. Quizás tú no te das cuenta, pero las 95 personas que entramos en el bus en hora punta, estamos compartiendo el mismo aire. Con todos los virus y olores que ello implica. La mejor solución para evitar compartir enfermedades, es abrir las ventanas, y mantener el espacio ventilado.
- Sí, puedes comer, pero hay límites. Una manzana, un sándwich frío, un paquete de galletas; normal. Un sanguchón con huevo frito, queso derretido, tocino y todas las salsas; no es normal. Puedes, pero el olor nos invade a todos. A los que quizás se mueren de hambre porque no pudieron comer en todo el día y a los que no soportan en olor a grasa. Come, está bien, pero elige bien dónde. Y si no es en el transporte público, mejor. Ah! Y recoge tu basura, no seas el chanchito que deja todo sucio.
- Al fondo hay sitio, ¡de verdad! Otra vez, la voz del cobrador retumba en tus oídos y te llega. Pero es verdad, a veces efectivamente hay sitio. Sobre todo, en los nuevos servicios donde la subida y la bajada son por puertas distintas. Esfuérzate un poco. Todos lo agradeceremos.
- Respeta la cola, no es tan difícil. En los nuevos servicios, hay también un orden. Una cola que hay para subir y debe respetarse. Ah! Y si además, guardas el vuelto del pan y pagas con sencillo, en verdad nos haces mejor el día a todos. Solo con ese detalle.
- Ceda el paso. Cuando alguien que carga su bolso, sus compras de la semana, su lonchera y unas flores para su pareja intenta bajar, nada te cuesta ceder el paso. Nadie te pide mucho, pero si puedes moverte, aunque sea unos milímetros para dejar pasar al otro, créeme le haces un gran favor a alguien. Ese alguien sonríe un poco más gracias a ti.
- Ceda el asiento. Pero cédalo siempre. Obvio si has tenido un día largo, caminando con tacos por horas, tratando con clientes que te han hecho la vida imposible; eres tú quien merece el asiento. Pero si vas ligero, estás en zapatillas y la juventud te favorece, nada te cuesta ceder tu asiento. Piensa que puede haber alguien que lo necesita más que tú. Con esto le puedes hacer el día a alguien. ¡De verdad!
- Soy pequeña, por favor, téngalo en cuenta. Y como yo hay muchos peruanos, hombres y mujeres. Así que si usted es alto, por favor sírvase usar los pasamanos hechos a su medida; y deje los pasamanos de más abajo para quiénes no fuimos favorecidos con su estatura. Gracias.
- Nadie quiere enterarse de tu historia, para eso, veo la telenovela. Hace unos días, me enteré que un chico que viajaba en la 10E se había de cambiado de trabajo, por un contrato en un lugar donde le pagaban 50% más y con beneficios salariales. Me enteré además que tiene un amigo que no contesta sus llamadas, pero ya quedaron de verse en el C.C. Chacarilla adonde no sabe cómo llegar. ¿En serio? ¿Es verdaderamente necesario tener esas largas conversaciones, discusiones e incluso peleas en el micro? Respeta tu privacidad y no dejes que me entere. Y eso incluye la música. Quizás no lo sabes, pero no todos tenemos tus gustos musicales y ya hay en el mercado un invento revolucionario: Audífonos, le llaman.
- Aseo personal. Le dicen personal porque no se debe hacer en espacios públicos y tiene sentido. ¿Qué califica como aseo personal? Cortarse las uñas, pintárselas o despintárselas, depilarse, limpiarse los oídos, echarse perfume/desodorante, limpiarse los dientes, etc. Y sí, todo lo he visto. Levántate 5 minutos, solo 5 más temprano y evítanos el mal rato.
Sí, todo esto ha salido un poco de mi hígado dañado luego de horas en el transporte público. Pero también ha salido de lo más profundo de mi corazón. De ese que sueña, como el de todos los limeños, con un transporte público de calidad. Donde se respete a los usuarios, no porque una norma pública lo dice, sino porque es el mínimo de respeto que nos debemos como ciudadanos. ¿Será posible en el Perú?