Una postura no tan seria por, por Alfredo Luna Victoria

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En el Perú tenemos la tendencia a relacionar la comedia con los clásicos cómicos ambulantes que se hicieron conocidos en los años 80 gracias al programa de televisión del recordado Ferrando. La incursión de los cómicos ambulantes en el entretenimiento de los peruanos tuvo una gran acogida. Lamentablemente con el tiempo cada vez su audiencia disminuía a tal punto, que estos programas desaparecieron.

Un comediante a diferencia de un cómico no cuenta chistes. Un comediante no es un contador de chistes. Traduciendo al español “Stan Up Comedy” es comedia de pie. Pero debemos entender que los términos en otros idiomas no siempre son lo mismo. “Stand Up” es estar de pie, es una postura, el comediante tiene un punto de vista en el cual basa su monólogo y muere en su ley.

Los cómicos ambulantes tienen recursos distintos. Sus chistes o bromas usan como base un comportamiento chabacano, palabras en doble sentido, groserías, violencia e incluso usa la opción sexual como motivo de burla.  Esto no hace que su trabajo deje ser bueno, llegan a cumplir con su objetivo. La forma es distinta.

En las rutinas de Stand up, los comediantes evitan usar la auto referencia como recurso. Pues la idea es que se rían contigo y no de ti. Lo que hace de estas presentaciones sean graciosas es el hecho que los comediantes usan la empatía, situaciones, cotidianas, curiosidades, miedos y rabias. Son recursos que hacen que el público se sienta identificados. Por esta razón gran parte de lo que es la comedia tiene que ser imprescindiblemente cierto.

Alguna vez escuche que hacer reír es una bella forma de hacer el bien. El que dijo esto no podría más en lo cierto.