Seis claves para comprender la posición oficial de la Iglesia sobre los homosexuales

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El texto comienza aludiendo al origen de las especies, al Génesis de la vida, con el que argumenta que si todo comenzó con la vida de un hombre y una mujer, fue para que la relación de amor e intimidad sean exclusivamente bajo esa condición. Tanto hombre como mujer, dice el texto, están «llamados a reflejar, en la complementariedad de los sexos… Ellos realizan esta tarea de manera singular, cuando cooperan con Él en la transmisión de la vida, mediante la recíproca donación esponsal». Sin embargo, la condición del homosexual no significaría una vida desdichada y apartada de la Iglesia. A continuación 6 claves para comprender qué enseña la Iglesia o qué debería enseñar sobre esta temática.

1. La Iglesia no juzga a los homosexuales (o no debería hacerlo). Ratzinger dejó en claro que un homosexual es tan digno, libre y humano como un heterosexual. Lo que juzga, por designio divino o «legislación teocrática», son las prácticas sexuales fuera del ámbito de un matrimonio amparado por Dios. Es decir, no sólo los homosexuales reciben el peso del juicio eclesial, sino también todo aquel heterosexual que cometa relaciones sexuales fuera del matrimonio. Y dice esto, basado en el principio de castidad, que vendría a ser una suerte de «virtud» por la que las personas aprenden a controlar sus impulsos sexuales.

2. Juzga a los Grupos de Presión Social. El texto critica duramente a colectivos que buscan instaurar en el interior de la Iglesia una ideología que legitime el comportamiento homosexual. Denuncia que se busca posicionar que la Iglesia ejerce «formas de injusta discriminación» con los homosexuales. La carta dice explícitamente que «se ha formado también una tendencia, constituida por grupos de presión con diversos nombres y diversa amplitud, que intenta acreditarse como representante de todas las personas homosexuales que son católicas. Pero el hecho es que sus seguidores, generalmente, son personas que, o ignoran la enseñanza de la Iglesia, o buscan subvertirla de alguna manera». En el caso peruano, se conoce la existencia de uno de estos grupos, denominado «Católicas por el Derecho a Decidir», íntimamente ligado a grupos proabortistas feministas.

3. De aquí surge el argumento de «La Unión Civil destruirá las familias». Y es que, con cierta lógica, y sin comprenderlo de manera fatalista, Ratzinger dijo que «la homosexualidad amenaza la vida y el bienestar de un gran número de personas», en alusión no a las familias que ya viven felices y contentas, sino a las vidas de los mismos homosexuales que, según el texto, están renunciando a su naturaleza y misión personal sobre la tierra. El homosexual esta llamado a crear una familia en comunidad, más no una relación equiparada al designio divino.

4. Existirían homosexuales que no quieren union civil o matrimonio gay. El documento deja entrever que «muchísimas personas que no se sienten representadas por los movimientos pro-homosexuales y de aquellos que podrían estar tentados a creer en su engañosa propaganda». De esta manera, la Iglesia se siente en la obligación de dirigirse a este grupo de personas para que no sean convencidas de que la «actividad homosexual» es equivalente al «amor conyugal».

5. ¡Agárrate Bambarén! El emérito Benedicto XVI defendió con este documento a los homosexuales, en cuanto que rechazó los gestos de discriminación, burla e insulto hacia ellos y que merecen toda la condena de la Iglesia. ¿No lo crees? Lo citaremos tal cual: «Es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas. Tales comportamientos merecen la condena de los pastores de la Iglesia, dondequiera que se verifiquen. Revelan una falta de respeto por lo demás, que lesiona unos principios elementales sobre los que se basa una sana convivencia civil». En este sentido, y como se recordará, el Obispo Bambarén cometió el exabrupto de calificar de «maricones» a todos los homosexuales. ¿Alguien recuerda si se disculpó?

5. ¿Pueden los homosexuales participar en la Iglesia? Sí. Ratzinger ordenó a todos los obispados del mundo, hace casi 30 años, crear una pastoral para ellos, tal como lo existe con hombres, mujeres, niños y ancianos.  Una pastoral tiene como misión el desarrollo de espacios y actividades que deberían tener los religiosos y religiosas con un grupo de personas. En la práctica, usted podrá evaluar, pareciera no existir en el Perú.

6. ¿Cuál es la posición actual, la del Papa Francisco? El actual pontífice dijo en el 2013 algunas palabras que van acorde a lo señalado en el documento de Ratzinger. Textualmente opinó que «Se debe distinguir entre el hecho de ser gay del hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy linda esto. Dice que no se deben marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby.

Cabe resaltar que, para la elaboración de la presente nota, se han descartado algunos párrafos donde la posición eclesial es un tanto más radical, en cuando que califica a los homosexuales como personas peculiarmente «desordenadas», como también juzga una relación entre dos personas del mismo sexo como «inmoral».