Es necesario empezar haciendo una aclaración: la PUCP no es como dicen que es. Para ser más específico, la PUCP no es como se ha mostrado al resto de la sociedad en los últimos años. Es cierto que existen posiciones con gran arraigo entre los miembros de la Comunidad Universitaria que no son precisamente acordes con el magisterio de la Iglesia Católica. También es cierto que a veces eso se traduce en acciones o comentarios hostiles hacia esta por parte de algunos estudiantes y profesores (muchas veces jóvenes), así como jefes de práctica. Sin embargo, salvo en temas puntuales, es difícil identificar estas actitudes con la Universidad como institución.
En ese sentido, vale aclarar que la Semana Feminista, sobre la cual se publicó una columna en este medio, es un evento organizado por el colectivo “Semana Feminista PUCP”, al que la Universidad le facilita el uso de ambientes para su evento, como también ocurre con las agrupaciones conformadas por católicos, evangélicos, etc. Si bien no se podría negar el gran arraigo que el supuesto “feminismo liberador para todxs” tiene en la comunidad PUCP, lo que se haya dicho en esas conferencias corre por cuenta del colectivo en cuestión y utilizar la expresión general “la PUCP…” es meter en un mismo saco a los miembros de la comunidad que no comparten las ideas de ese tipo de grupos.
Habiendo aclarado esto, hay que decir que es completamente cuestionable que las autoridades de la Universidad le faciliten el uso de sus instalaciones a este colectivo en particular. Ello no tiene que ver con la discusión de si la PUCP es o no católica, justamente porque no se trata de una actividad institucional (como sí es, por ejemplo, la Fiesta de la Luz que se celebra semanas antes de Navidad). Además, como es sabido, hay a quienes el origen e historia de la Universidad les importa poco o nada.
¿Cuál es la cuestión de fondo, entonces? Pues que se trata de un colectivo promotor del aborto. No (solo) de la despenalización del aborto, pues en ese caso saltarían los defensores de la “pluralidad”, sino del aborto. Se trata de un colectivo que promueve la práctica del aborto siendo este, como todos saben, un delito. Se trata de un colectivo que hace uso de su página de Facebook para promover la descarga de “el libro que te permite abortar de manera segura, rápida y barata”, elaborado por sus “compañeras de la línea aborto información segura”. Se trata de un colectivo que en una de las charlas de la Semana Feminista hizo uso del espacio facilitado por la Universidad Católica para promover la práctica del aborto “si la cagaste”.
No hay forma, pues, de justificar que la PUCP le facilite espacios a quienes promueven la vulneración de las leyes peruanas, que la Universidad tanto se jacta de cumplir cuando se trata del impasse con el Vaticano. No es por lo que “Semana Feminista PUCP” piense sobre la despenalización, sino por lo que hacen como parte de su agenda. Un grupo que promueve un delito no puede tener espacio en una Universidad. Ojalá la tercera Semana Feminista sea también la última. En medio de la mazamorra que es el conjunto de instituciones de educación superior en el Perú, la PUCP es una institución más o menos decente. Seámoslo siempre, pues.