La aventura de Carlo Ancelotti en el Real Madrid está siendo un verdadero deleite para quienes disfrutamos de analizar los “puzles” a los que los entrenadores deben de enfrentarse al inicio y durante el transcurso de cada temporada. Lo de Carletto no es solo muy interesante porque se encuentra en uno de los clubes más mediáticos y poderosos del mundo, sino porque además deja la sensación de que cuando las cosas le han empezado a salir bien, sucede algún imprevisto que lo obliga a replantearse sus ideas.
Veamos los hechos. Luego de una primera temporada convulsa con salidas importantes como la Özil e Higuaín, el debate Casillas – Diego López en la portería y la llegada sobre la hora de Bale, el técnico tuvo que hacer malabares con la alineación (seis cambios en las primeras seis jornadas de Liga) para dar con los jugadores que le garanticen un equilibrio defensivo así como una transición rápida defensa – ataque.
El entrenador dio con la fórmula mágica en Octubre, dejando al equipo invicto en Liga hasta el 23 de Marzo del 2014 con un equipo que jugaba básicamente de la siguiente manera: Di María reconvertido en interior izquierdo, Modric en la derecha, Alonso de mediocentro y como tridente ofensivo Bale, Benzema y Cristiano. ¿El resultado? Copa y Champions para Ancelotti.
Una semana después de conquistar la “Décima” Ancelotti se reunió con el presidente en el restaurante “El Señorío de Alcocér” de Madrid para tratar la planificación de la siguiente temporada. En dicha reunión el técnico hizo dos peticiones concretas con las que se buscaba darle continuidad a un modelo que evidentemente había funcionado muy bien: Contratar un mediocentro para no depender excesivamente de Xabi Alonso (se barajó el nombre de Ramires y de Kroos) y retener a Ángel Di María a como dé lugar ya que era considerado una pieza clave del modelo de juego y por ende del próximo proyecto. Sin embargo, Florentino tenía otras ideas en la cabeza.
El gran mundial de James Rodriguez (y su evidente caché comercial) catapultó al colombiano al Real Madrid, forzando así la salida de Di María y devolviendo los dolores de cabeza al técnico. Desde este medio no criticamos la calidad de James Rodriguez como jugador sino hasta qué punto era necesaria su contratación en un equipo que ya contaba con un futbolista de cualidades (y calidad) muy similares como Isco. El recorrido, explosividad y la marca de Di María son características que no encontramos (por ahora) en James, Ronaldo, Bale o Jesé por lo que nuevamente Ancelotti se verá obligado a cambiar su esquema ya que, como se ha demostrado en los primeros dos partidos de Liga, el equipo se termina rompiendo en un 1-4-2-4. Modric y Kroos, que no sienten la marca como la sentía Xabi, son rebasados por los mediocampistas rivales quedando muchas veces los defensas mano a mano contra los delanteros. En este equipo, sin coberturas por parte de los atacantes y con medios que son más creadores de jugadas que defensivos, el vigente Campeón de Europa se va a Anoeta para recibir 4 goles de parte de una Real Sociedad que venía de perder en la fase de clasificación de la Europa League. Y suenan las alarmas.
Ancelotti no tiene otra opción que replantear todo lo que había construido durante la temporada pasada. Si consideramos el movimiento de dar entrada a Khedira en el último partido para equilibrar el mediocampo, podríamos anticiparnos a lo que podría estar pasando por la cabeza del entrenador al día de hoy.
- Sacrificar a Modric y juntar a Kroos con Khedira en un 1-4-2-3-1
- Subirse a la moda europea de formar con tres centrales en un 1-3-3-3-1 con Varane como tercer central, Kroos – Khedira – Modric en el medio, Bale – Jame – Ronaldo más adelantados y Benzema solo en punta.
- Convertir a James en interior, para que acompañe a Khedira y a Modric / Kroos en el clásico 1-4-3-3
Analizar cada una de las opciones de las que dispone el técnico es imposible y no es el objetivo de este artículo, sin embargo si es que se desea mantener la titularidad de James junto con los tres atacantes y en vista de los últimos dos partidos del equipo, dar entrada a un mediocentro defensivo se vuelve una posibilidad real. Con Khedira lesionado por las próximas seis semanas y la marcha de Xabi Alonso al Bayern todos los papeles apuntan a que este rol caería en el aún tibio Asier Illarramendi. Con la temporada recién comenzando, a Ancelotti le regresan los dolores de cabeza.