Si hay algo que usted quizás no sabía es que Rodrigo Duterte, Presidente de Filipinas, es considerado como el jefe de estado más polémico de la actualidad. Sus declaraciones radicales a favor de Hitler y muy agresivas contra otros líderes como Obama o el Papa Francisco, han dado de qué hablar durante varios meses.
A principios de setiembre, el líder filipino lanzó unos fuertes insultos contra Barack Obama, presidente de Estados Unidos. Calificó ante micrófonos y cámaras de «hijo de puta» al presidente del país más poderoso del mundo por sus críticas a la ejecución de narcotraficantes en las Filipinas.
En aquél instante, la Casa Blanca ordenó cancelar la reunión que próximamente tendrían Obama y Duterte. No obstante, el mandatario norteamericano puso paños fríos al impasse. «No me tomo estos comentarios de manera personal, ya que parece un hábito que tiene en su forma de hablar», dijo Obama.
Pese a ello, Duterte llega a Lima para participar en el foro de Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC). Según medios de su país, el presidente filipino trae un mensaje conciliador y abierto a los negocios.
«Haremos todo lo posible para asegurar que las empresas -particularmente nuestras microempresas y medianas empresas- prosperen y florezcan», dijo el presidente en un discurso en el aeropuerto internacional de Davao el jueves.
Duterte dijo que el país debe forjar lazos económicos más fuertes con América del Sur, una región que él dice comparte un patrimonio común con Filipinas.