¡Atención: Descubrieron una coima!, por Eduardo Herrera

858

Ya para nadie es noticia algo como lo sucedido hace pocos días cuando fue grabada una escena en la que un conductor (motociclista) fue captado entregando una coima a un policía. Tristemente, se ha convertido en algo cotidiano.

Lo más preocupante es que, en este caso, al parecer, tampoco se ha generado una reacción institucional. Claro, dejando de lado la típica investigación disciplinaria que podría terminar no se sabe cuándo y con resultados sin relevancia e impacto mediático (no muchos estamos enterados de las sanciones que se dan en ese tipo de casos).

Los reflectores se ocupan siempre del lado policial porque – también parece – que a los ciudadanos no nos controla nadie. Entonces solo se habla de policía coimero, olvidando que, en todo soborno, hay dos partes.

En cuanto al lado policial, por lo que tengo entendido, se vienen implementando controles (al parecer no muy eficaces) y no sé si se tengan estadísticas que permitan percibir una mejoría (o no). No son solo controles ni desconfianza (como el absurdo del polígrafo) lo que debe imperar; la formación y el recordatorio ético debe estar siempre presente, a cada rato, de todas las maneras posibles. Maestrito, estás usando un uniforme que nos representa a todos, un uniforme por el cual otros murieron; me pregunto ¿te gustaría que tu hijo te viera recibiendo dinero para dejar de hacer tu función?

Del otro lado, del ciudadano, solamente somos corruptores pasivos. Casi podría decirse que algunos coimean porque no les queda de otra, en defensa propia. Y si bien no hay control aparente – tan solo el de la conciencia – se repiten casi las mismas preguntas y otras más ¿cómo pretendemos exigir que nuestros políticos no cometan corrupción si al menor obstáculo sacamos la billetera para “matar”? o ¿ese es el ejemplo que queremos dar en nuestra “sociedad civil” como estilo de vida? Muchas dudas, solo una certeza: hay que continuar, y hacerlo mejor cada vez.

Lucidez no necesariamente comparte las opiniones presentadas por sus columnistas, sin embargo respeta y defiende su derecho a presentarlas.