Sales de casa muy temprano rumbo al trabajo y sea en tu auto propio, un taxi o un bus, te encuentras con el caótico tráfico limeño. Avenidas como la Angamos juntan a buses, combis, taxis y autos particulares; mientras que otras como Arequipa incluyen en la ecuación, colectivos y los buses azules heredados de la gestión de la izquierda. El resultado más que una incógnita es el caos, la pérdida de tiempo y el siempre presente estrés de los ciudadanos.
Lamentablemente, aunque esta situación no es para nada nueva, la Municipalidad de Lima no presenta un plan serio y contundente para hacerle frente. Hacia fines del año 2015, Ipsos calculaba que los limeños pasábamos 2 años de nuestras vidas en el tráfico (RPP web 11/11/2015) y hacia el año 2013, la Fundación Transitemos estimaba pérdidas anuales de S/ 2 mil 340 millones a causa del tráfico (Perú21 28/10/2013). Ante ello, en lugar de continuar los esfuerzos de la reforma de transporte desarrollada por la gestión de Susana Villarán, las autoridades solidarias decidieron congelar los siguientes pasos en base a un criterio que tiene más de venganza política que de búsqueda control y transparencia.
Mientras tanto, la ciudadanía en Lima se encuentra atrapada en una hora punta permanente, sin un sistema realmente integrado de transporte con cobro único tanto entre los únicos 3 corredores activos del SIT, 1 línea del metro y 1 servicio del metropolitano. La ineficiencia de la actual gestión municipal se extiende incluso a mantener algunos de los errores de la anterior gestión como la ausencia de control sobre los autos colectivos o la ausencia de campañas de concientización y políticas contundentes de protección a los peatones.
La Municipalidad amarilla parece estar enfocada en mantener la situación tal y como está a nivel de transporte, planteando la posibilidad de un apoyo tácito a los transportistas de siempre, o peor aún, dedicada de lleno a defenderse de sus críticos a través de cuentas en redes sociales pagadas con dinero público como se ha denunciado recientemente (Útero.pe 11/09/2016).
Por suerte, el esfuerzo iniciado para interpelar al alcalde y exigirle transparencia sobre lo sucedido en su gestión, #HablaCastañeda, incluye 15 preguntas sobre aspectos del transporte referidos a la contratación de inspectores y fiscalizadores, servicios alimentadores, corredores complementarios, racionalización de taxis, la ampliación del metropolitano, entre otros.
En este escenario, sería prudente y necesario un giro de timón en la forma como la Municipalidad Metropolitana se enfoca en el transporte público. Si bien, el proceso para salir del caos hacia un sistema ordenado tomaría varios años, es necesario ver que existe un compromiso y esfuerzos puntuales por cambiar la situación que nos afecta a todos. Ya son casi dos años de esta gestión y aún tienen la oportunidad de plantear soluciones serias y continuar la reforma del transporte, más allá de mezquindades por rivales políticos. Solo así saldremos del tráfico y podremos transportarnos de manera rápida y segura en nuestra ciudad.