El arcoiris en las manos, por Javier Ponce Gambirazio
No te voy a engañar. Cuando termina esta obra, no estás feliz. Tampoco estás triste. Te quedas paralizado. Te secas las lágrimas y nada te borra la sonrisa. No paras de aplaudir. De pie. Entonces entiendes que estás agradecido, con ganas de…
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