Entre la caterva de candidatos, algunos tradicionales y otros, los típicos postulantes ‘unknown’ (que cada vez son más conforme se acercan los comicios del 2016), comienza a figurar el nombre del congresista y líder del partido Perú Patria Segura, Renzo Reggiardo. Y su presencia se hace notar, más que nada, por sus tremendos carteles en plena Javier Prado. No cabe duda de que la aparición de este candidato, no me juzquen, es como una especie de outsider justo y necesario para el contexto social que atraviesa el país, es decir, el imparable crecimiento de la inseguridad ciudadana.
«#RenzoContigoSeguro» es, quizás, el único lema capaz de inyectar su nombre en los medios de comunicación pues, como bien recordarán, el parlamentario fue víctima de la más salvaje delincuencia, en agosto del 2011, cuando cinco delincuentes dispararon contra el vehículo en el que se encontraba su familia, llegando a herir a su hija de apenas 9 años. Entones, la pregunta que emerge del bolsillo emocional es ¿Merece Reggiardo ser Jefe de Estado por haber vivido a flor de piel, al igual que millones, los golpes de la inseguridad ciudadana?

Si bien, el congresista ganó la empatía de los peruanos y también adquirió una sensibilidad social que muchos padres de la patria parecen haber perdido. Es digno de reconocer que en el 2011 fue de los pocos, si no el único, que abordó la problemática de la inseguridad ciudadana cuando todavía se la juzgaba como una amenaza fantasma. Ni el Ejecutivo, ni los partidos políticos presionaron tanto en el tema como lo hizo Reggiardo. Sin embargo, ¿qué tan grande fue la cruzada del candidato desde su curúl?
Su sensibilidad fue gigante, pero -corríjanme si me equivoco- su rol en el Congreso pudo haber sido más protagónico que sus recurrentes apariciones en medios de comunicación. Hace algunos días, declaró para Radio Nacional: “Tenemos que asumir que la situación de inseguridad es crítica, es compleja y requiere tomar medidas drásticas… hay que trabajar en el corto plazo”. Sin embargo, durante ese ‘corto plazo’ de 5 años en el Congreso, de los 156 proyectos de ley por él presentados sólo se aprobaron 28. Y de esta cantidad, apenas 9 tienen relación con seguridad ciudadana.
Por consiguiente, me consta que sus intenciones son buenas y necesarias para el país. No dudo que Reggiardo tenga más mano firme que otros candidatos que hoy disputan el primer o segundo lugar en las encuestas. Pero me gustaría escuchar más propuestas y, de la misma manera, explique cómo es posible que, cargando por años la bandera de la lucha contra el crimen, sólo haya legislado 9 proyectos de ley en dicha materia.
No tengo entre mis familiares y amigos más cercanos alguno que no haya sido víctima de robos, asaltos ‘express’, bujiazos, raqueteros, extorsiones, acosos telefónicos, estafas, clonaciones de tarjetas, entre muchas otras ingeniosas formas de delincuencia. Por ello, doy valor a que los comicios del 2015 tenga entre sus postulantes a una víctima más del mismo terror que hemos vivido quienes no llevamos escoltas de seguridad. Entonces, al señor Reggiardo queremos escucharlo más y, en un clima de absoluta libertad y respeto, tiene abiertas las puertas de este diario para desenrollar su plan de gobierno. Espero su respuesta a franco.mori@lucidez.pe