Banderillas

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Primer tercio: Merkel no cede (aún)

Esta semana Angela Merkel visitó Washington y se dio una vuelta por el Banco Mundial para reunirse con su presidente. Con un poco de astucia pude incluirme (colarme) en la foto oficial con ella, que estaba reservada para los ciudadanos alemanes que trabajan en el Banco Mundial. Pude verla de cerca y me dio la impresión de estar ante una tía cariñosa o una abuelita tierna. Ni un rastro de la seriedad con la que aparece en las fotos. Pero mientras Angela sonreía en Washington, en Europa las cosas se ponían tensas. Merkel ha declarado que Alemania está lista para buscar un compromiso, pero «que la credibilidad depende naturalmente del respeto a las reglas y de ser confiables». En la reunión del miércoles del ministro de finanzas griego Varufakis con los ministros de la Zona Euro nadie aceptó la propuesta griega de cambiar un porcentaje de la deuda griega por bonos vinculados al PIB. El mensaje fue unánime: Grecia debe cumplir primero el programa en el que se encuentra (por un total de US$ 172 mil millones) antes de que se pueda discutir un nuevo programa. Varios ministros se quejaron de que su participación en el programa de rescate les está costando más que algunos programas de seguridad social. Lo más probable es que se le otorgue una extensión a Grecia. Pero el tiempo se acaba. Grecia debe llegar a un acuerdo antes del final de la próxima semana, y no hay nada definitivo al respecto. El temor en este momento es que llegue marzo y que Grecia no cumpla con su parte. Tras reunirse en Bruselas con el primer ministro griego Tsipras, Angela Merkel declaró que las únicas opciones eran que Grecia complete su programa a fin de mes o que pida una extensión. Y mientras este drama griego parece acercarse al segundo acto, los que aún sonríen son los griegos: Tsipras cuenta con el 70 por ciento de aprobación en su país.

Segundo tercio: Una segunda oportunidad para Honduras

Honduras es uno de los países más pobres del Hemisferio Occidental. Además, enfrenta un problema grave de crimen y seguridad, y sus dos ciudades más importantes, Tegucigalpa y San Pedro de Zula, tienen las tasas de homicidios más altas del mundo. El país además ha enfrentado en las últimas décadas inestabilidad fiscal crónica, con un déficit fiscal asociado al ciclo electoral, y un contexto político con instituciones débiles. El término «república bananera» se acuñó para Honduras (que desde siempre ha exportado banano). Sin embargo, el nuevo gobierno ha empezado a girar el timón. El país tiene problemas que no se pueden resolver en una década, pero el objetivo del gobierno actual ha sido reducir los desbalances macroeconómicos, principalmente en el lado fiscal. Honduras registró un déficit de 7.9 por ciento en el año 2013, el más alto en las dos décadas pasadas, y su deuda pública alcanzó los mismos niveles del año 2005, un año antes de que se le condonara la deuda externa. Pero en 2014 se aprobó un paquete fiscal con reformas tributarias, reducción del gasto público, reformas en el sector eléctrico (uno de los principales contribuyentes al déficit) y mejoras en la administración pública. Asimismo, el país negoció exitosamente un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en el último trimestre del 2014, lo que le ha permitido acceder a préstamos de organismos multilaterales, como el Banco Mundial, que luego de 4 años, le ha vuelto a conceder un crédito de apoyo presupuestario. Los resultados son alentadores. Recientemente se anunció el déficit del 2014, el cual fue de 4.9 por ciento, un resultado mejor al que el Fondo Monetario Internacional esperaba hace unos meses. Sin embargo, este es la primera parte de la maratón. El país debe asegurar la sostenibilidad de sus políticas macroeconómicas y ser más agresivo en la reducción de la pobreza. Si todo marcha bien, Honduras podría convertirse en un ejemplo para Centroamérica.

Tercer acto: Las probabilidades del fin del mundo

El Instituto del Futuro de la Humanidad y la Fundación para los Retos Globales (sí, los nombres son muy malos), ambos asociados a la Universidad de Oxford, han lanzado el reporte «12 riesgos que amenazan la civilización humana» (12 risks that threaten human civilisation) que señala los principales 12 riesgos que podrían acabar con la humanidad, y asigna probabilidades a cada una de ellas para los próximos 100 años. Las conclusiones han sido recogidas en varios medios británicos (incluyendo el Financial Times) y resultan bastante interesantes. Los autores han manifestado que este estudio pretende ser un enfoque serio y que debería servir de discusión de los gobiernos. Parece poco probable que esto suceda pronto, pero igual les dejo una parte de la lista de los riesgos y las probabilidades:

  • Impacto de asteroide (0.00013%)
  • Inteligencia artificial (0 – 10 %)
  • Erupción volcánica (0.00003%)
  • Colapso ecológico (debido a lo complejo del riesgo, no se estimó una probabilidad)
  • Colapso del sistema global (lo mismo que el anterior)
  • Cambio climático extremo (0.01%)
  • Guerra nuclear (0.005%)
  • Pandemia global (0.0001%)
  • Biología sintética (0.01%)
  • Nanotecnología (0.01%)

Como ven, la ocurrencia de estos eventos es bastante improbable, lo cual no quiere decir que sea imposible. Parece más fácil que la selección peruana vaya a un mundial en los próximos 100 años. O quizá no.