Barack Obama vende gato por liebre y no reforma migratoria

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Los dos años que le quedan a Barack Obama en la Casa Blanca no serán sin duda fáciles tras perder recientemente el control del senado norteamericano y disminuir su participación en la Cámara de Representantes. Esto que lo leyó muy bien el presidente no deja dudas de que el anuncio de la llamada reforma migratoria no es más que un acto populista que busca acercar a los hispanos, que finalmente son los que le dieron la reelección en 2012.

Queda claro que Estados Unidos necesita una reforma migratoria para los millones de indocumentados que se encuentran en ese país. Sin embargo si uno escucha bien las palabras de Obama encontrará que sus anuncios son efectistas y más bien poco realistas.

El mandatario dice que quiere tomar medidas para administrar responsablemente la situación de los millones de inmigrantes indocumentados, pero a la vez advierte que todas las personas que reúnan los requisitos tendrán la posibilidad de presentar una demanda para permanecer en el país temporalmente. En cristiano, no se les deportará por el momento y probablemente hasta que Hillary Clinton intente ganar la presidencia en 2016. Luego las cosas pueden cambiar.

La reforma migratoria que tanto necesitan los hispanos ilegales en Estados Unidos pasa por el Senado y la Cámara de Representantes. Ahí tienen que conversar los demócratas y republicanos, pero está más claro que el agua que ahora Obama no tiene el liderazgo para impulsar una reforma real.

Barack Obama sabe que hundió al Partido Demócrata en las pasadas elecciones legislativas, sabe también que su promesa de reforma migratoria ya pasó el sueño de los justo y ahora en una coyuntura post derrota lo único que le queda es vender gato por liebre.

Pero mirando bien las cosas, el presidente juega mal con las expectativas de la comunidad hispana y puede tranquilamente aguarle la fiesta a Clinton que hasta ahora parece ser la candidata fija del Partido Demócrata en la próxima elección.

Algo que los medios han dejado de analizar es que el anuncio de Obama no contempla obtener la ciudadanía estadounidense. Entonces no se les deporta, se les hace esperar un tiempo y finalmente los inmigrantes ilegales no tienen seguridad en el mediano plazo. Para la tribuna se ofrecen muchas cosas pero para la realidad no convence lo que verdaderamente se puede hacer.

Refiriéndose al tema, la prensa internacional habla de un histórico conjunto de medidas presentadas por Obama. Hay que entender que es eso lo que quiere Obama para que su imagen se robustezca. Sin embargo él no es ningún rey ni presidente que vía decreto puede hacer y deshacer.

Finalmente Estados Unidos no goza aún de una buena salud financiera. Los problemas en salud, trabajo y relaciones internacionales están a la orden del día. Obama tiene que gobernar sobre varios problemas y dos años es muy poco tiempo para concertar con los republicanos, más aún cuando las primarias no están muy lejos.

Reforma migratoria sí, anuncios populistas no. No hay que jugar con el sueño de tanta gente.