Hace una semana despedimos un año que en términos periodísticos e informativos distó de ser aburrido. Tuvimos un año –políticamente hablando- de grandes sorpresas, tanto a nivel nacional como internacional; no profundizaré más en despedir el 2016 ni en dar la bienvenida a este 2017 porque de eso ya se encargó nuestro director. Por lo tanto, solamente les comentaré algunos hechos que me llamaron la atención del año que nos dejó hace una semana, y de lo que creo –a mi criterio- pueda suceder en este 2017 que nos sigue dando la bienvenida.
En el plano local, la izquierda peruana resultó ser la gran derrotada en la primera vuelta de las elecciones generales de 2016 al sumar en conjunto un porcentaje inferior al 25%, y solamente colocar 20 parlamentarios, los cuales –desde que se instaló el congreso para el quinquenio 2016 – 2021- han mostrado profundas divisiones. Pero también llamó la atención –a pesar de ser un porcentaje menor- la votación alcanzada por el entonces encarcelado gobernador de Cajamarca Gregorio Santos. El señor Santos consiguió en la pasada elección presidencial un 4,6% de votación nacional ESTANDO PRESO; imaginen por un instante cuánta votación hubiese conseguido si hubiera estado en libertad, por eso algunos le dieron el galardón de “héroe de la derecha peruana”.
La derecha peruana ha demostrado estar completamente dividida en dos bandos, la popular (fujimorismo) y la empresarial (PPK). Desde la instauración de la segunda vuelta presidencial en nuestro sistema electoral, era la primera vez que dos vertientes de la derecha disputarían la presidencia del país, pero la campaña de la pasada segunda vuelta fue una andanada de insultos y descalificativos de grueso calibre de uno y otro lado, lo cual ha generado –hasta el día de hoy- una crisis política que impide que dos de los tres poderes del estado se pongan de acuerdo; y por consiguiente, no se puedan obtener la unidad y cambios políticos que el país requiere para retomar el camino de la reactivación económica, la seguridad y la estabilidad social.
No conformes con la inestabilidad política actual, el año que pasó se vio coronado con el destape –que al igual que en el fútbol- hiciera el Departamento de Justicia de los Estados Unidos sobre los sobornos efectuados por la constructora brasileña Odebrecht desde 2005 al 2014, lo cual pone un manto de sospecha sobre los gobiernos de los ex presidentes Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala, como en la gestión edil de la ex alcaldesa izquierdista Susana Villarán. Otro hecho que preocupa de este caso, es que la repercusión podría alcanzar al actual presidente de la república puesto que durante su gestión como ministro de economía se firmó el contrato de la carretera Interoceánica eximiendo a este proyecto de la evaluación del SNIP[1]. Este caso traerá cola durante todo el 2017 y sus efectos los sentiremos en cinco o seis meses.
En el plano internacional, hubo dos golpes a la polla. En Estados Unidos, cuando todas las encuestas lo daban por derrotado, y toda la prensa y los principales líderes de opinión hacían apología abierta contra su candidatura, el magnate de los bienes raíces, Donald Trump era elegido presidente de los Estados Unidos con una de las votaciones más altas registradas en la historia del colegio electoral estadounidense. Trump hizo una campaña al “estilo salmón”, es decir, con propuestas que iban contra la corriente de lo considerado políticamente correcto. Los medios no solo estadounidenses, sino también mundiales, consideraron que con estas propuestas Trump perdería la elección, hasta la connotada revista Newsweek sacaba una portada dando como ganadora a la señora Clinton. Y el otro golpe a la polla llegó desde el Reino Unido, cuando en mayo, este país –contra lo que muchos analistas esperaban- decidió por amplia mayoría salirse de la Unión Europea, inmediatamente esto generó en la renuncia del entonces Primer Ministro David Cameron, y avivó las esperanzas de los euro escépticos en Holanda y Francia; países en los cuales ha surgido una fuerte corriente anti europea en los últimos años. Lección aprendida, en política como en el fútbol, nadie puede dar el partido por ganado hasta que se dé el pitazo final, las volteadas de marcador siempre han existido y existirán.
El mundo se tiñó de sangre. La violencia terrorista de ISIS hacía de las suyas en Francia (dos atentados terroristas), Bélgica (atentado al aeropuerto de Bruselas), Estados Unidos (atentado contra discoteca gay en Miami), Alemania (ataque contra una feria navideña en Berlín) y Turquía (asesinato del embajador ruso en Ankara, atentado contra el club La Reina en Estambul (noche de año nuevo) y un ataque terrorista en Esmirna en los primeros días de 2017), por solo mencionar algunos casos. 2016 fue el año en el que la violencia terrorista de ISIS tiñó de sangre al mundo, y ha traído como consecuencia una de las crisis humanitarias más grandes vistas desde el fin de la II Guerra Mundial y la Guerra de los Balcanes, el tema de los refugiados sirios e iraquíes que semana a semana cruzan a Europa huyendo de la barbarie de ISIS, y esto ha generado una ola nacionalista y anti inmigrante en Europa debido a temas referidos como la adaptación cultural por parte de los recién llegados al también llamado viejo continente.
Qué creo que podrá pasar en este año que recién inicia. En el plano nacional, el caso Odebrecht será un terremoto de grado 10 debido a que este caso ha tocado a políticos de diversas tiendas políticas y a periodistas de todo sesgo ideológico; ojalá que el Congreso y el Ministerio Público hagan un buen trabajo y se lleve a juicio, y si es necesario a prisión, a quienes resulten responsables en este caso; sean ex presidentes de la república, ministros o ex ministros, empresarios, etc, que nadie tenga corona.
El presidente Kuczynski debe tomar el control político de su gobierno y demostrarle a la ciudadanía que quien gobierna y toma las decisiones es él, y no es una marioneta de los grupos de izquierda que lo ayudaron a llegar al poder. El presidente –principalmente- debe de demostrar que toma en serio la crisis de la seguridad ciudadana, el problema de la salud pública, la reactivación de la economía y la mejora de la educación.
Las relaciones entre ejecutivo y legislativo tienen que re encausarse y finalmente llegar a un acuerdo en aras de la gobernabilidad; porque si ambos fracasan, si lo vemos políticamente, la derecha peruana –en sus dos facciones- habrá demostrado que es incompetente para gobernar.
La izquierda peruana finalmente terminará de dividirse y no podrán aprovechar políticamente las divisiones existentes en las dos vertientes de la derecha peruana; así que muchachos, sigan partiéndose en miles de pedacitos.
En el plano internacional, Donald Trump buscará cumplir sus promesas de campaña pero de una forma más edulcorada. Es decir, por ejemplo, que buscará que las fábricas se queden en Estados Unidos y no se vayan a otros países pero a costa de reducciones de impuestos y beneficios fiscales. Así mismo, tendrá que buscar “otras soluciones” para los países que se vean afectados con esta decisión. Y de todas maneras, buscará desmantelar lo hecho por Barack Obama a través de recortes y re estructuraciones, te elimino sin eliminarte.
En Francia, Marine Le Penn tiene mayores posibilidades en convertirse en la primera presidenta de Francia, puesto que ella ha venido mostrando una posición intransigente con el terrorismo, y al igual que Trump, se ha dirigido a los franceses que ven amenazado su estilo de vida con la apertura que vive el país a la inmigración. De ganar Le Penn, lo cual considero altamente factible, la Unión Europea recibirá su partida de defunción puesto que Francia es uno de los países fundadores de la Unión; y que uno de los fundadores se salga, es un fin más que cantado.
En la lucha contra ISIS, nuevamente Rusia marcará la hora debido a los éxitos palpables que ha tenido el año pasado (recuperaciones de Palmira y Allepo), y con este liderazgo más consolidado, marcará de manera definitiva la estrategia contra el terrorismo que se lleva a cabo en Medio Oriente, más ahora con las buenas relaciones que surgirán entre Moscú y Washington a partir del próximo 20 de enero. Este año, la agenda anti terrorista no será planteada por Estados Unidos, que ha perdido credibilidad en la materia con la administración Obama, sino que será marcada por el mismísimo Vladimir Putin.
2017, te pintas como un año nada aburrido para los periodistas; así que de noticias, estaremos más que llenos.
[1] Sistema Nacional de Inversión Pública