Leyendo este pequeño fragmento de texto escrito en 1924 se puede apreciar el poco interés de los limeños ante los partidos de fútbol, cosa que sería inimaginable hoy en día. El esfuerzo por generar un buen espectáculo pugilístico, tenía como consecuencia su gran importancia dentro del tiempo de ocio en la sociedad de aquel entonces. El hoy deporte rey, era un mendigo a comparación del boxeo. Se pedía un mayor apoyo, el fútbol recién iniciaba y su desarrollo no era de lo mejor. La gran programación de las peleas y su atrayente dejaban de lado al gran monstruo que hoy es el fútbol.
Argentina es uno de los países más destacados en el mundo futbolístico, sin embargo también gran parte del país parrillero tienen una enorme pasión por el rugby. El rugby en Argentina se juega de una manera tan tradicional como el fútbol. Otros países como Canadá destacan en hockey. Estados Unidos convirtió del baseball, fútbol americano y basketball en industrias deportivas que mueven millones de dólares al año ¿Acaso nosotros perdimos la oportunidad de ser un país potencia en boxeo?
¿Se imaginan más niños peruanos que quieran ser como Mohamed Ali en lugar de ser como Lionel Messi? Esto no es motivo para desprestigiar el fútbol. Lo importante es enfocarnos que no es el único deporte en el cual un peruano pueda destacar, pues en los últimos años nos ha dado más decepciones que alegrías. El boxeo en el Perú no ha se ha extinguido del todo. Pero la gran mayoría de deportistas en esta disciplina apuntan al extranjero y los espectáculos locales pierden peso ¿Estaremos a tiempo de volver a ser un país pugilístico? Depende si tenemos las ganas de hacer un cambio, como lo tuvimos en 1924.