A finales del año pasado se realizó la Conferencia de las Partes (COP por sus siglas en inglés) del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Lima (CMNUCC). El objetivo de la CMNUCC es impedir la interferencia negativa del ser humano en el medio ambiente. En esa línea, la COP20 busca reducir las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmosfera. Y, ¿Por qué es importante reducir las concentraciones de GEI? Porque los GEI atrapan la energía del sol e incrementan la temperatura. Este incremento de temperatura, como muchos de los lectores deben estar pensando, es una de las causas del calentamiento global y resulta perjudicial para muchas actividades humanas y ecosistemas. Un claro ejemplo de las consecuencias del calentamiento global es el retroceso de los glaciares. En el Perú, el nevado Pastoruri, así como muchos otros, han perdido gran parte de su masa glaciar en los últimos años.
Ahora, si bien uno espera que se llegue a compromisos importantes y realizables para reducir las emisiones de GEI, se viene observando una tendencia en el incremento del calentamiento global. Motivo por el cual habría que preguntarse qué medidas podemos tomar para contrarrestar sus efectos o tomar ventaja de los mismos. Una de las consecuencias del calentamiento global es el retroceso de los glaciares en el Perú, y como consecuencia, el aumento de agua en las cuencas. El Perú debe trabajar en sacar ventaja al retroceso de los glaciares que ocurre y seguirá ocurriendo. Al derretirse los glaciares, el agua de estos va directamente a los cauces de ríos y quebradas que se encuentran alrededor, también pudiendo desembocar en lagunas. Este exceso de agua puede ser de tal magnitud que puede inundar los cuerpos de agua causando daños a poblaciones y ciudades que se encuentren aguas abajo, asimismo afectando hábitats y ecosistemas. Finalmente, este exceso de agua, si no causa algún daño, fluye hasta el océano donde no es aprovechado por ninguna actividad humana.
Entonces, ¿Qué podemos hacer ante el derretimiento de nuestros glaciares? Una de las soluciones que no solo se usa en ambientes de glaciares o montañas es la construcción de reservorios que permitan controlar, regular y aprovechar el flujo de agua. Los reservorios son construcciones que permiten almacenar agua gracias a diques o represas, mientras que permiten la descarga de un flujo controlado y monitoreado. Estos reservorios permitirían atrapar el agua en exceso producto del retroceso de los glaciares y ponerla en servicio de actividades humanas que beneficien a la población. Entre las actividades que podrían verse beneficiadas están la agricultura, ganadería, piscicultura y las de generación eléctrica por medio de centrales hidroeléctricas. Además estos reservorios podrían funcionar como medidas de prevención antes desastres. Existen ejemplos en el Perú de reservorios que van a beneficiar a muchas personas. Uno de los ejemplos más emblemático y recientes es el proyecto Olmos que permite generar energía eléctrica así como abastece de agua fresca para la agricultura. Sin embargo, dado el potencial hidroeléctrico y agrícola del Perú, es necesario poder identificar zonas en donde se puedan construir estas centrales.
Finalmente, la geografía peruana, especialmente en la sierra, incentiva el aprovechamiento hidroeléctrico con sus caudalosos ríos y laderas pronunciadas. El diseño de reservorios es fácilmente adaptable a la geografía peruana y puede ser optimizada a manera de cascada, es decir varios reservorios en línea que no ocupen un gran espacio; o mediante las centrales hidroeléctricas “run-of-river”, las cuales no requieren de presas de almacenamiento de agua. Por lo tanto, esperemos que, a pesar de recibir malas noticias en cuanto al calentamiento global, podamos sacar adelante el adecuado aprovechamiento hidroenergético que necesita el Perú.