Cardenal alemán presenta su renuncia ante el Papa Francisco por el escándalo de abusos sexuales

El arzobispo de Munich admite su “corresponsabilidad” en la “catástrofe” y reconoció el ‘fracaso institucional’ de la Iglesia Católica.

896

El cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, ofreció su renuncia ante el Papa en una carta en la que admite su ‘corresponsabilidad’ en lo que vino a denominar la “catástrofe de los abusos sexuales cometidos por eclesiásticos de la Iglesia en las últimas décadas”.

Marx admitió en el comunicado, el ‘fracaso institucional’ de la Iglesia Católica y señala que ésta ha llegado a un punto muerto. Marx ha tratado con dureza el tema de los abusos sexuales en el pasado, ya que defendió una “limpieza” desde el consejo del Papa y también la conferencia episcopal alemana. Sin embargo, el cardenal considera que por haber permanecido silencioso o demasiado preocupado por la reputación de la Iglesia, se ha hecho personalmente culpable y responsable.

Esta renuncia tuvo lugar en un momento decisivo para la institución en Alemania. El 28 de mayo, a solicitud del Papa, se creó una comisión apostólica para investigar las acciones del cardenal arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki, quien admitió que se ha producido un “encubrimiento sistemático” de casos de abusos a menores.

El papa nombró a dos encargados mayormente conocidos como visitantes apostólicos para investidas la cuestión. La comisión se centrará sobre todo en el cardenal arzobispo de Hamburgo norte, y los obispos auxiliares de Colonia (Stefan Heße, Dominikus Schwaderlapp y Ansgar Puff, respectivamente).

Las declaraciones de Woelki se produjeron después de que saliera a la luz un informe sobre los abusos sexuales realizados por miembros del clero alemán producidos entre 1975 y 2018. Dicho informe reveló el impactante número de 314 casos de abusos cometidos por 202 presuntos autores.

Marx en su renuncia acusa a los miembros eclesiásticos en general de negarse a aceptar la responsabilidad colectiva en este tema, que la Iglesia es culpable de los acontecimientos. Esto hace que rechacen la reforma y renovación necesaria en la Iglesia con respecto a los abusos sexuales.

Marx espera que esta renuncia pueda enviar una señal personal para el nuevo despertar de la Iglesia en general, que no sea un hecho aislado en Alemania. Quiere marcar el ejemplo al resto de los miembros de la institución para que se den cuenta que “no es el cargo lo que está en un primer plano, sino el mandato del evangelio”. Ahora Marx solo tiene que esperar a que el Papa admita o no esta renuncia.