Con nuestra propia medicina

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Es difícil escribir sobre un partido que se pierde cuando uno lo vive como hincha, ilusionado por el triunfo en el debut y con esperanzas de que el cuco argentino no destruyera todas las esperanzas. Perú había demostrado que era un equipo con solidez defensiva y efectividad en la ofensiva. Sin embargo, este partido desnudó todas las falencias de una selección que aún tiene muy buenas chances de tantear la clasificación al Hexagonal y podemos afirmar que este partido nos ganamos solos.

En el papel, Argentina llegaba como amplia favorita, por más de haber sido derrotado por Paraguay, por el nivel de sus jugadores y el juego mostrado en los partidos anteriores, sobre todo contra Ecuador. Por su parte, Perú llegaba con la esperanza de que la “Albiceleste” llegara cansada luego de afrontar 3 partidos en 5 días y poder aprovechar las falencias defensivas que habían evidenciado. No obstante, la “Blanquirroja” tuvo un partido para el olvido, lleno de fallas puntualmente en aspecto defensivo, saliendo así del Estadio Alberto Supicci de Colonia goleados y con muchas cosas para corregir.

El primer tiempo arrancó como era de esperarse, con Argentina atacando con sus ataques por las bandas con Martínez y Rolón, sumado a las corridas frontales de Correa desequilibrando por el medio para finalmente buscar a los delanteros, ambos de River Plate, Driussi y Simeone. Perú comenzó solido al fondo, con Aquino replicando su actuación contra Ecuador recuperando la pelota en el medio para comenzar las jugadas ofensivas, Bernaola junto con Abram rechazando cualquier balón peligroso que se asome al área y tanto Canales como Ugarriza solidarios para marcar las bandas. Luego del remesón inicial, Perú equiparo el juego y de esta manera comenzó a jugar, sobre todo por la banda izquierda.

Cuando todo parecía controlado, y por eso comienzo un nuevo párrafo, una acción patética e incomprensible marcó el punto de quiebre del partido, la debacle para Perú, inutilizando el buen desempeño de los primeros minutos. Un centro sin peligro alguno fue bien amortiguado por Perleche para que Prieto la agarre y Perú pueda salir tranquilo. Pero, por una razón inexplicable el guardameta intentó controlar con el pie, fallando en el intento y permitiendo así la apertura del marcador. El ‘blooper’ del campeonato y el 1-0 para Argentina. Luego del autogol, el equipo del “Chino” demostró la misma debilidad que todas las categorías de la “Blanquirroja”, una deficiente preparación psicológica que influye notablemente en el desempeño luego de una acción como esta. De esta manera, 3 errores garrafales más en defensa permitieron al cuadro de Grondona ponerse 4-0 arriba en el marcador, sin esperanza de respuesta nacional y augurando lo peor para el final de los 90 minutos. Perú se mostró desconocido en el gramado de juego, con Sergio Peña desaparecido, Ugarriza contraproducente y Aquino perdido. Lo único rescatable fue el empuje de un solitario Alexander Succar que nunca dejó de pedir la pelota para buscar el desequilibrio, aunque al final fue en vano.

Para el segundo tiempo, la realidad encontraba a una selección argentina con una ventaja más que suficiente para considerarse ganadora frente a una selección peruana que tenía la obligación de acortar la diferencia de gol para que esto no sea un impedimento para la clasificación. Es así que, mientras Argentina “quitó el pie del acelerador” para convertir su ventaja en traslado y rotación del balón en el medio del campo, con un juego más horizontal que vertical sin hacer daño; Perú realizó cambios ofensivos para buscar su objetivo, haciendo ingresar a Aurelio Gonzáles-Vigil, Beto Da Silva y Miguel Carranza. De esta manera, con más empuje que fútbol, forzando dos errores de la zaga argentina, Perú acortó el marcador con goles de los ingresados Gonzales-Vigil y Da Silva poniéndose 4-2 para recuperar un poco de esperanza.

Lamentablemente, Argentina se lanzó al ataque de nuevo y amplió el marcador una vez más tras una falla de conceptos de Cossío al rechazar un tiro libre al medio, habilitando a Suárez y dejándolo solo para fusilar a Prieto. Luego de este nuevo golpe, Perú perdió la brújula. La defensa se desordenó, facilitándole los movimientos a los delanteros “ches”, Aquino al lado de Garcés fueron sumidos en la imprecisión perdiendo así cualquier presencia peruana en la zona medular, y los ataques no mostraban elaboración, siendo solo jugadas aisladas representadas por el empuje característico del “Lobito” Aurelio Gonzáles-Vigil. El sexto gol argentino fue bien elaborado, poniendo la pelota al piso y jugando buen futbol, sumado a una ineficiente respuesta de la defensa peruana.

En conclusión, este partido nos deja más conclusiones negativas que positivas, pero con esto más espacio para saber que hay trabajar en función de corregir los errores y no cometerlos de nuevo. En mi opinión, lo más importante a trabajar, en todas las categorías, es el aspecto psicológico, hacer que los jugadores logren creer que es posible revertir un marcador adverso, que podemos ganarle a cualquiera y que luego de un error solo queda levantarse para seguir jugando, para evitar actuaciones como la de hoy en las que le pusimos la mesa servida a Argentina para que nos derrote.