A sus 43 años, Aitor Karanka sigue viviendo el fútbol con la misma pasión de siempre. Ha dejado de ser entrenador del Middlesbrough, y, como es común en él, extrajo lo positivo de la experiencia para seguir creciendo profesionalmente. El entrenador vasco, con la simpatía que lo caracteriza, nos recuerda con nostalgia su carrera como futbolista, nos habla de su relación con Mourinho y de sus experiencias como entrenador.
¿Cómo empezaste con el fútbol?
Cuando era niño mi padre era entrenador. Desde que tengo memoria el fútbol ha sido mi pasión y, viviendo entre balones, el sueño de jugar profesionalmente siempre estuvo presente.
Debutas en el Athletic de Bilbao y pasas al Real Madrid, ¿te costó mucho ese salto?
Sí porque al inicio estaba acostumbrado a competir en Bilbao con jugadores que conocía desde los 15 años, éramos amigos y éramos de allí. De repente llego al Madrid donde cada jugador era de un sitio diferente, todos los mejores del mundo. El cambio fue grande, pero yo estuve encantado.
¿Cómo fue tu experiencia jugando en Estados Unidos?
Fue fantástica porque después de jugar ocho años en el Bilbao y cinco años en el Madrid a un exigencia máxima, pude disfrutar de la MLS que en aquella época no era lo que es ahora, pero se veía una evolución constante. Disfruté muchísimo en el Colorado Rapids, de estar en una ciudad como Denver donde se vive muy bien.
Hasta que llegó el momento del retiro, ¿ cómo lo manejaste?
La verdad que fue complicado porque desde los 15 años lo único que hacía era salir de casa y jugar fútbol. Me despertaba pensando en fútbol y me acostaba pensando en lo mismo y de repente, de la noche a la mañana, todo cambia. Los hábitos de vida son distintos y ya no tienes una obligación para el día siguiente .
¿Sentiste miedo?
Miedo no porque cuando te conoces como persona y sabes que tu vida va a estar ligada al fútbol no sientes temor. No sabía si iba a ser entrenador o director deportivo, pero siempre supe que iba a seguir ligado al fútbol, tampoco sé hacer muchas otras cosas (risas).
Fuiste segundo entrenador del Real Madrid, ¿cómo fue la experiencia de trabajar con Mourinho?
Muy buena, José es una persona fantástica. Nada habla mejor que los hechos y Mou ha logrado que todos los jugadores que dirige tengan una relación magnífica con él. Mi opinión no es la más objetiva porque hemos trabajado juntos, pero fueron tres grandes años para mí y hasta ahora tengo una excelente relación con él y su familia.
Cuando tienes una idea clara de juego y los resultados no te acompañan, ¿cómo haces para convencer a los jugadores de que están yendo por el camino correcto?
Lo principal es transmitirles que tú crees en esa idea, mediante los ejercicios, las charlas, en fin, mediante tu liderazgo. Cuando fui jugador y veía dudas en el entrenador, el plan estaba muerto. Ese liderazgo te lo da tu experiencia y convicción. Cuando un entrenador transmite inseguridad se refleja rápidamente en el grupo. Cuando haces cambios con seguridad el jugador los acepta, el problema aparece cuando tomas decisiones con dudas.
¿Te afectó mucho la limitación del plantel en el Middlesbrough?
Lo que más se notó fue el tema de la inversión. Competir en la Premier League con equipos que gastan verdaderas fortunas es muy difícil. La primera parte de la temporada estuvimos en el puesto 15 y 14, en una zona relativamente tranquila de la clasificación y, cuando el resto de equipos invirtieron, nosotros no pudimos seguir compitiendo. Pero lo mejor fue que los chicos dieron todo, yo di todo y al final esto es fútbol.
¿Cuánto influye tu experiencia como futbolista en tu trabajo como entrenador?
Es importante todo. Mi experiencia como futbolista, mi experiencia entrenando a la selección española sub 16, ser asistente de Mourinho. Al final tienes que sacarle provecho a todo el aprendizaje adquirido.
Si tuvieras que elegir un equipo ¿con cuál te quedas ?
Tendría que elegir dos: el Real Madrid y el Athletic de Bilbao.
¿Un ídolo?
En mi época tenía a Michel, banda del Real Madrid.
¿Un gol?
Anoté muy pocos goles, alguno que haya metido de falta con el Bilbao.