Muchos han recibido con sorpresa el anuncio hecho por Daniel Abugattas de que se retirará de la política en el 2016. En un tuit dijo haber entrado al Congreso para ‘hacer algo por el deporte’ y que se va por haber ‘fracasado’. Con este anuncio, aparte de sorprender a los que ni se imaginaban que la intención de Abugattas en la política fue meramente deportiva; se deja claro que el Partido Nacionalista liderado por Nadine Heredia está pasando por una crisis durísima cuyos síntomas son la partida de miembros importantes de la agrupación.
A principio de año Sergio Tejada, importante y activo participante de la campaña presidencial del 2011, se alejó de las filas del nacionalismo tras una discordancia con respecto a la llamada ‘Ley Pulpín’. Dentro de sus explicaciones Tejada dijo algo clave: Se fue porque ‘no se escuchó’ a los que se oponían al proyecto dentro de la bancada nacionalista. Ese ha sido uno de los problemas más graves que ha arrastrado el oficialismo desde el principio. El gobierno de Ollanta Humala y Nadine Heredia nunca supo escuchar a la oposición y lo más grave es que tampoco parecía escuchar a su propia bancada ¿Qué partido democrático se puede mantener con líderes que no están abiertos al diálogo?
Unas cuantas personas también abandonaron la nave nacionalista luego de que Ollanta Humala abandonara su ‘gran transformación’. La misma Marisol Espinosa ha mostrado su incomodidad con respecto al cambio de rumbo. Si bien el cambio a la hoja de ruta fue un movimiento sabio donde se abandonaron planes potencialmente nocivos para el país, tiene sentido que los partidarios que se habían comprometido con un plan que fue repentinamente cambiado se sientan traicionados, como fue el caso de Jaime Delgado que anunció su renuncia por ‘diferencias ideológicas’ el año pasado. El cambio a la hoja de ruta resultó en muchos nacionalistas perdidos en su propio partido, se generó un vacío de identidad. La situación quizá sirvió para ganar las elecciones pero sin duda esto remeció las estructuras de la institución, debilitándola y haciendo bastante improbable un éxito en el 2016.
Poco bien le hacen al alicaído Partido Nacionalista los escándalos que lo rodean, desde la pérdida de la Presidencia Regional de Cuzco por casos de corrupción que rodeaban al ahora ex Presidente Jorge Acurio, hasta los irregulares gastos de su lideresa Nadine Heredia. El problema es grave cuando dentro del mismo partido se empiezan a percibir desconfianzas y preocupaciones por el libertinaje al que apelan los líderes y no es difícil pensar en futuras renuncias y sorpresivos ‘retiros’ una vez que este gobierno termine.
Se especula también de una renuncia de Ana Jara y de Omar Chehade, lo que privaría al Nacionalismo de dos de sus más importantes exponentes.
¿Qué planes tiene Nadine Heredia para salvar a su partido? ¿Quién será el candidato del nacionalismo? Lo único que es seguro es que no la tendrán nada fácil.