[EDITORIAL] Nano Guerra y la Unión Civil

697

Hace algunos días, el candidato de Solidaridad Nacional, Hernando Guerra-García, lanzó un contundente insulto al de Todos Por el Perú, Julio Guzmán, cuyo ascenso en las encuestas ha sido notable durante las últimas semanas. En este, Guerra-García menciona que “Julio Guzmán ya salió del closet” en alusión al apoyo de este último a la propuesta de Unión Civil.

Primero es importante destacar que desde este diario rechazamos todo tipo de discriminación por razones de raza, sexo, religión u orientación sexual y consideramos poco felices los insultos del candidato Guerra-García. Sin embargo, la discriminación por motivos de orientación sexual no es nueva ni mucho menos extraña en nuestro país y la actitud del candidato solidario es solo un eco de una fiebre generalizada de intolerancia que aqueja, lamentablemente, a muchos peruanos.

Sin duda la actitud de Guerra García responde a una necesidad de acaparar titulares, ante su complicada posición en las encuestas, y si bien este editorial no pretende saciar, con la indignación airada que busca el candidato del partido de Luis Castañeda, esta urgencia, sí busca resaltar las contradicciones de este –que en octubre del año pasado, como precandidato del partido Humanista, manifestó una opinión diferente– y lo fútil de sus argumentos. Y sobre todo resaltar también lo impertinente y vulgar que resulta que, en aras de ganar notoriedad, se apele a semejantes diatribas, propias de un infante inmaduro en el patio del recreo y no de quien busca hacerse de Palacio de Gobierno en las siguientes elecciones.

En su momento, antes de su drástico cambio de opinión, Guerra argumentó: “No creo que nadie tenga que intervenir en que dos personas se quieran unir y quieran proteger su patrimonio.” Y el argumento, qué duda cabe, era sensato. Demostraba la correcta noción de que, donde hay libertad, no debería haber impedimento para que un ciudadano comparta su vida y patrimonio con quien quiera.

Hoy, en lo que parece un debate consigo mismo, ‘Nano’ sostiene: “siempre he estado por la familia y por la vida».

En primer lugar se equivoca el candidato si piensa que existe una dicotomía excluyente entre el apoyo a la familia como institución y el apoyo a la Unión Civil. La familia, como toda institución y tradición humana, pasa por un proceso dinámico de evolución y en sociedades libres su fundación no está suscrita o encadenada a una definición sino que, responde, de forma natural y sin necesariamente la intervención enfática de las personas, a las necesidades de la sociedad que la acoge. Hay que defender a las familias como institución, independientemente de quiénes las constituyan, la exclusión solo agrava el problema.

En segundo lugar, es un error inferir que la defensa de la vida, principio fundador de este diario, se contradice con el respeto y defensa de los derechos de todos los peruanos. Hay que defender la vida de toda persona, cuya libertad y derechos son relevantes desde la concepción hasta su muerte (independientemente de su opción sexual).

Hoy en día, el sistema jurídico de nuestro país no permite la posibilidad de que dos personas del mismo sexo se puedan unir y consumar esa unión al mismo nivel que una pareja heterosexual. El proyecto de Unión Civil, archivado por la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, era un buen comienzo para iniciar la verdadera inclusión de cientos de miles de peruanos que desean vivir sus vidas con verdadera libertad, bajo el amparo de la ley. ¿Cómo plantearán los 18 candidatos restantes una propuesta que constituya igualdad de derechos y oportunidades?

Hernando Guerra- García, por su parte, en vez de estar preocupado por lo que otros hagan o dejen de hacer en sus habitaciones, debería enfocarse más en salvar su candidatura de la inminente intrascendencia.