Las terribles muertes, masacres y degollamientos de cristianos efectuados en diversos estados islámicos, de los cuales hemos sido testigos en meses recientes, nos deben llevar a preguntarnos lo siguiente: ¿Son conscientes los países de occidente de lo que está sucediendo y a qué se están enfrentando? Creemos que no. Las recientes medidas y amenazas del Presidente Obama –y de ciertos países europeos como Francia- a los estados islámicos y en especial al grupo yihadista bajo el liderazgo de Abu Bakr al-Baghdadi, ubicado en el norte de Irak y este de Siria, rebelan una ignorancia casi absoluta en cuanto a lo que estarían enfrentando, pues se tiene la menor idea de lo que representa el Islam, su historia milenaria, su gente y su fe fundamentalista. Recordemos que no es la primera vez en la historia que se enfrentan los países cristianos de occidente al Islam. Hagamos un poco de historia.
¿Sabía usted que desde el 6 de mayo del 610, en que Jerusalén fue conquistada por los persas, pasarían 485 años para que dicha ciudad santa fuera recuperada por los cristianos durante la primera cruzada en el año 1099, pero por poco tiempo, pues volvió a ser recuperada por el Islam? ¿Sabía usted que cuando Mahoma predicó el monoteísmo y funda la religión que denominaría “islam”, término que expresa la “sumisión” a la voluntad divina, combatió durante ocho años para conquistar La Meca en el 630 a fin de imponer gradualmente su voluntad y su religión a las tribus árabes? Los fieles de su religión adoptaron el nombre de “musulmanes” que significa “creyentes” y sus enseñanzas fueron recopiladas por sus discípulos en El Corán, libro sagrado para los musulmanes, pues contiene la palabra de Dios (Alá) transmitida a Mahoma para que sea difundida entre los hombres. La doctrina, musulmana sustenta la creencia en un Dios único. La voluntad de Alá es todopoderosa y –cuidado con esto- frente a ella no cabe la libertad humana, pues las acciones de los hombres se hallan escritas de antemano en el libro de la Evidencia. De allí que el Islam sea intolerante con la práctica de otras creencias o religiones como el cristianismo, y busque imponer la práctica del islamismo a donde vaya.
Cabe también recordar que el Islam se expandió por Asia, arrebatando territorios al Imperio Bizantino (Siria y Egipto) y conquistando Persia. La capital en un principio fue la ciudad de Medina pero luego fue Damasco la que se impuso. Luego conquistaron el este de Irán hasta las fronteras con la India, llegando a penetrar al valle del Indho y ocupando Delhi. Si bien no estuvieron muchos años en India, la influencia del Islam continua hasta hoy en lo que es el Pakistán actual. Hacia occidente el Islam conquista el norte de África, llegando a ocupar toda España (Reino Visigodo) e invadiendo Francia por el valle del Loire, hasta que los musulmanes son detenidos en el 732 por Carlos Martel en Potiers. Años después serían derrotados en el Pirineo en Roncesvalles, por Rolando como héroe y el Rey Sancho el Fuerte de Navarra. El imperio musulmán llegó a tener casi un milenio de existencia.
Más adelante, cuando en el año 1096, ante el grito: “Dios lo quiere” del Papa Urbano II, se da inicio a las primeras cruzadas a fin de “recuperar” Jerusalén y el santo sepulcro, los antecedentes de dichas “cruzadas” tiene algo de semejanza con el acontecer actual pues desde hacía siglos, cientos de peregrinos cristianos acudían a tierra santa en peregrinación. El Islam permitía que vinieran peregrinos y, dependiendo de la época y del Califa reinante, se les cobraba tributos, se les aplicaban diversas prohibiciones, llegándose al abuso, violaciones y muerte inclusive. Ante el pedido de ayuda de los cristianos establecidos en las tierras del Islam, como lo era tierra santa, los reinos cristianos de occidente durante siglos no hicieron el menor caso. Así cayeron miles de peregrinos sin que un rey ni papa se considerase obligado a hacer algo. El emperador bizantino Alejo I, en 1095, manipulando estos hechos, solicita la ayuda de occidente para liberar Jerusalén –en realidad para liberar la península de Anatolia de los musulmanes (los “selyucidas” o turcos seléucidas) y recuperarla para el Imperio Bizantino, y así es como más por intereses políticos y económicos que religiosos, comienzan las primeras cruzadas, conquistándose una sola vez Jerusalén y por poco tiempo. A esta historia de enfrentamientos entre los países cristianos de occidente y el Islam, tendríamos que añadir la posterior caída de Constantinopla en 1453, la batalla de Lepanto en 1571 entre la Liga Santa y los musulmanes otomanos y la batalla de Viena en 1683 cuando 200,000 musulmanes otomanos intentaron conquistar Viena, defendida por 65,000 cristianos, siendo derrotados los primeros.
Se trataba de choques entre dos fes o religiones y costumbres diferentes. Un mundo cristiano con una fe sólida, coherente, muy unida y consolidada, enfrentada a un mundo musulmán, igualmente conformado por hombres de una fe sólida en sus creencias y sobre todo, dispuesta a imponerla por la fuerza. Pregunto: ¿La situación actual es similar? Lamentablemente no. El mundo cristiano europeo actual –incluyéndose a los Estados Unidos- está compuesto por países en donde no impera una fe cristiana sólida como antaño, en que se mantenía sólidamente unido todo el cristianismo, sino todo lo contrario: reina un ateísmo o agnosticismo arraigado, acompañado de un materialismo consumista muy profundo, viviéndose una crisis de valores muy fuerte, etc. lo cual hace que no exista una unidad, coherencia y fortaleza de fe, cosa que sí la tienen los estados islámicos en la actualidad. Hoy la invasión musulmana de Europa ya se inició –de manera pasiva- hace décadas mediante los miles de migrantes que ocupan Alemania, Francia, Italia, Austria, etc. Cada familia musulmana tiene en promedio de 7 a 9 hijos, las familias cristianas –por llamarlas de alguna manera- uno o ninguno. Haga usted sus cálculos.
De allí que consideremos, finalmente, que los países europeos no saben con qué están lidiando, y más le vale al señor Obama que lea un poco de historia y se entere de qué cosa es el Islam y con quien se va a enfrentar. Ya lo advirtió recientemente el escritor español Arturo Pérez Reverte en su columna semanal Patente de Corzo: “Es una guerra y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial y no se dan cuenta. Es la yihab, es la guerra santa idiotas… Es la tercera guerra mundial. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo…”.[i]
[i] Arturo Pérez Reverte “Es la guerra santa, idiotas” 01/9/2014 http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/938/es-la-guerra-santa-idiotas/