«El Jirón de la Unión que fue», por Adrian Bazo Cannock

"Si Lima se pudiese resumir en solo 11 cuadras, habrían sido, en antaño, estas mismas".

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El domingo pasado tocó recordar la famosa frase de Abraham Valdelomar. Así que es solo lógico que hoy nos toque hablar de la historia del famoso Jirón de la Unión, porque si Lima se pudiese resumir en solo 11 cuadras, habrían sido, en antaño, estas mismas.  Digo antaño porque, desde que se le puso nombre a esas 11 cuadras en 1862 a la actualidad, Lima ha evolucionado demasiado dirían algunos, o involucionado dirían otros con quienes estoy más de acuerdo. Antes de que nuestra hermosa ciudad sufriera los golpes de la desorganización y los demás males que traen la modernidad, Jirón de la Unión se convirtió en un lugar de encuentro social que, hasta en los nombres de sus cuadras imperaba la planificación.

En ese entonces, no necesariamente estabas en la cuadra 1, podías estar en “Puente de Piedra”, o si estabas en la cuadra 6, estarías en “La Merced”. Es así que, cada cuadra tenía un nombre como consecuencia de algo particular. En la cuadra 1 se encontraba el Puente de Piedra que unía Lima Centro con lo que hoy es conocido el Rímac, en otrora época, “Bajo el Puente”. La siguiente cuadra era Palacio, por Palacio de Gobierno, y las venían adelante se organizaban según los oficios que más predominaban en ellas. Estaba Portal de Escribanos, Mercaderes, Espaderos – así es estimado mío, era la cuadra donde ibas a comprarte, arreglar o vender tu espada -, La Merced, famosa por la Iglesia La Merced y el Padre Urraca, un beato del cual nos tocará hacer referencia en otro texto. Y las restantes cuadras eran nombradas según familias que vivían ahí, Baquíjano, por Juan Bautista Baquíjano, y dónde se encontraba el hoy no tan bonito cine Excelsior, la cuadra Boza, donde vivían los Marqueses de Boza, la siguiente era San Juan de Dios, donde quedaba el Hospital y la Iglesia de la Orden Juandediana, dedicada a actividades sin fines de lucro y cura de enfermos, la cuadra 10, Belén, donde se ubicaba antiguamente el colegio Belén, hoy en San Isidro, y “last but not least” la cuadra 11, Juan Simón, la que enseñaba el encuentro entre el Jirón y las Murallas de la Ciudad de los Reyes.

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