El presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, ha declarado el domingo 30 de octubre que no ha intentado comunicarse con Keiko Fujimori. Eso, a pesar de haber recibido su aprobación a través de los parlamentarios de Fuerza Popular, cuando se presentó al Congreso con su gabinete ministerial en pleno. En mi opinión, lo más importante de la entrevista es confesar esa ausencia de comunicación. Porque si el presidente Kuczynski y el primer ministro Zavala no se comunican con Keiko Fujimori, entonces, el poder político ¿está en tierra de nadie?
La presidenta del Congreso, Luz Salgado, es una persona valiosa y es importante que tanto Kuczynski como Zavala quieran dialogar con ella. Pero igualmente deben hacerlo con Keiko Fujimori. De lo contrario, estaríamos gobernando en paralelo en el Congreso y en el Gobierno, sin concordar políticas, lo cual nos pone a los peruanos en una situación curiosa de bicefalia entre los poderes legislativo y ejecutivo pero, en definitiva, en un vacío en la cumbre del poder político.
En España, han formado gobierno en firme después de diez meses de gobierno en funciones, como dicen los españoles. Tanto el rey Felipe VI como los líderes de los partidos políticos, grandes, medianos y chicos han dialogado ese tiempo. Tenían un formato político constitucional que los llevaba a reunirse, pero no eludieron hacerlo. Al final, España ha salido de la crisis, por muy endeble que vaya a ser el nuevo gobierno de Mariano Rajoy y del partido popular. Hay una cierta analogía impropia entre España y el Perú porque una nación es monarquía parlamentaria y la otra república presidencialista. Pero en ambos casos el poder legislativo tiene mayoría contraria al gobierno, y España ha sabido salir de la encrucijada.
En Estados Unidos pronto tendremos la noticia de quién será el presidente los próximos cuatro años. Pero entretanto es interesante advertir que el debate tiene un ingrediente de política pública moral novedoso: el tema de ideología de género está en primer plano, para defender a los homosexuales Hillary Clinton y para evitar el tema Donald Trump. También nosotros tuvimos en el Perú algo parecido. Pero inesperadamente el presidente Kuczynski sorprendió a los peruanos con una consagración a Dios y un acatamiento a la ley judeocristiana que pone cerrojo a varios proyectos de ley en sentido contrario. Fuerza Popular, hasta ahora, ha dicho que sus miembros votarán a conciencia. Lo que no ha precisado es si se refiere a la conciencia doctrinalmente bien formada, como la entendemos los católicos, o la conciencia luterana a la carta como la entienden otros.
La pelota está por tanto en la cancha de Keiko Fujimori, que debe tomar la iniciativa de hablar con Kuczynski y con Zavala, acompañada por Luz Salgado, y llegar a acuerdos principales sobre políticas públicas. Kuczynski ha hablado de lo que ha hecho los cien primeros días. Los cien días de silencio de la lidereza de Fuerza Popular deben terminar, porque su presencia pública cubrirá el vacío de poder, el poder en tierra de nadie, que preocupa por ahora a los ciudadanos del Perú.