Vivimos en un mundo frenético en donde las demandas laborales, redes sociales y demás consumen nuestra limitada atención llevando a las personas a un desempeño por debajo de su potencial.
¿Quieres ser más productivo en tu trabajo?, ¿quieres rendir a la altura de tu potencial?, ¿quieres alcanzar altos niveles de autoeficacia y satisfacción?
Los profesionales de alto desempeño de la empresa, deporte y arte muestran un patrón común: identifican su principal fortaleza y la explotan al máximo, a su vez reducen al máximo las tareas y el empleo de los recursos limitados en el ejercicio de sus debilidades.
Comprendamos que conocer las debilidades se convierte en una fortaleza, ya que permite realizar una gestión estratégica de la organización del trabajo.
Sabiendo que el tiempo es escaso (24 horas al día) y la fuerza de voluntad tiene un correlato biológico (oxígeno + glucosa), el reconocimiento de la fortaleza debe llevar a:
1. Re-alinear el puesto de trabajo y sus correspondientes funciones a la misma, con la finalidad de explotarla al máximo en beneficio del profesional y de la organización en la que labora.
2. Este conocimiento sobre la fortaleza (que hace a uno único) y lo limitado de los recursos debe invitar a replantear la proporción de tiempo y energía que se le agrega a las actividades en donde se pone a prueba la misma, restándola de aquella otras de naturaleza secundaria; recordando que lo más importante nunca puede estar a merced de lo menos importante.
Utilizando un símil futbolístico aquello último sería equivalente a que Lionel Messi le dedicara más tiempo y energía a entrenar en labores defensivas que en labores ofensivas (que es donde marca la diferencia).
Los profesionales de alto rendimiento, sabiendo que la práctica hace al maestro, destinan un tiempo a entrenarla, amén de reorientar sus funciones laborales de tal forma que en sus actividades empleen entre un 50 y 80 % de su tiempo ejecutando su principal fortaleza, lo cual les garantiza un desempeño constante superior al promedio.
Así mismo sabiendo que la energía es limitada, ahorran la misma, retirando la mayor cantidad de distracciones que pudieran consumir la energía que requieren para entrenar y ejecutar sus fortalezas.
¿Cuál es tu fortaleza?, ¿cuánto tiempo diario le dedicas a potenciarla?, ¿qué porcentaje de tu jornada laboral estás trabajando en aquello que demanda tu fortaleza?, ¿cómo optimizas el tiempo y energía limitada para aprovecharla en aquello que te hace único?