#EleccionesLúcidas: Entrevista a Lourdes Flores

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Quiero empezar preguntándole ¿cuál es el objetivo principal de esta alianza entre el PPC y el APRA?

En un momento como este en el que pensamos que el Perú ha alcanzado un crecimiento medio pero disminuyendo su ritmo, vemos con preocupación que el esfuerzo alcanzado se detenga y que podamos retroceder. Esto que algunos llaman la “trampa del ingreso medio”: o consolidas lo que alcanzaste y pegas el salto hacia adelante como aspiramos, o retrocedes irremediablemente y pierdes lo logrado, que creo que es una frustración social enorme porque es la de quienes han logrado alcanzar algo. En consecuencia, hemos pensado que dos partidos históricos, uniendo esfuerzos y voluntades junto a sus planes de gobierno, podemos darle al Perú un gobierno estable, confiable, con experiencia y, por supuesto, con una enorme renovación de cuadros que sean los que lleven el peso de la administración pública, así que tendrá que ser una administración muy convocante de gente joven. Nos parece que este esfuerzo responsable y patriótico es la garantía de consolidación y conclusión del proceso de desarrollo para el Perú, llegando al bicentenario en las condiciones que esperamos estar, incorporados a la OCDE.

A fines de año presentó el libro “Economía Social de Mercado” y es sobre esta base que se plantea el plan económico, entre la libertad de mercado y la responsabilidad social, el llamado a la economía al servicio del hombre y no al revés, básicamente ¿Cómo se lograría esto y en qué difiere con el actual modelo?

La economía social de mercado es un modelo de origen liberal. Fue impulsado por la Escuela de Friburgo, que se diferenciaba de los liberales clásicos ingleses de la Escuela de Manchester, estableciendo evidentemente que la prioridad en la asignación de recursos la tiene el mercado y que la libre competencia es fundamental para la generación de riqueza y crecimiento, pero estableciendo un rol para el Estado a través de unos principios ordenadores. Básicamente, se aplica en la Alemania de la posguerra bajo el liderazgo político de Konrad Adenauer (1) y la conducción económica de gente como Ludwig Erhard (2), Walter Eucken (3) o Alfred Müller (4) como los padres de esta economía social de mercado. Esto lleva a establecer una legislación anti monopólica, establecer una base de desarrollo a partir de la pequeña y mediana empresa, que permite la reconstrucción de la Alemania posguerra, crear un banco central de reserva para regular la moneda y enfrentar la inflación. Pero se contrapone a las recetas socialdemócratas de entonces, que proponían un mayor grado de intervencionismo estatal. Por lo tanto, la mejor definición la da Müller refiriéndose a ella como la combinación equilibrada y justa entre la libertad económica y la compensación social. Trasladada al Perú, esta fue la fórmula que el PPC introdujo en la Constitución de 1979 y que se puso en marcha con la aprobación del APRA, cediendo a su tesis de planificación concertada con el Congreso Económico Nacional.

Esta fórmula se mantuvo en la Constitución de 1993, pese a que esta es una carta mucho más liberal. Y me permitiría decir que quien ha logrado poner un equilibrio, que yo creo adecuado, es el Tribunal Constitucional con sus sentencias, como en el caso de Conga, donde se le dice a Gregorio Santos que no puede mediante ordenanzas regionales parar una inversión minera de interés nacional pero, diciéndole a su vez a la empresa privada que tienen obligaciones en la economía social de mercado.

Además, el fundamento de esta economía es profundamente personalista. La tesis fundamental es que la economía está al servicio del hombre y no al revés. Ingresando un poco al terreno filosófico, los primeros padres de la Iglesia Católica o el Papa León XIII en la Rerum Novarum (5) fueron los que impulsaron estos principios éticos de la economía, enfrentando las primeras tesis de un capitalismo salvaje e inhumano que desconocía los derechos de los trabajadores. En el ámbito protestante, al mismo tiempo de la encíclica de Leon XIII, el protestantismo holandés desarrollo la teoría de las esferas, el principio equivalente al de subsidiariedad, el reconocimiento de libertades en el sentido de tener las instituciones más cercanas al hombre. Pero evidentemente es una economía esencialmente personalista y por eso es que cuando se establece cuáles son los papeles que le competen al Estado, temas como la educación, salud, justicia o seguridad aparecen como prioridad.

En conclusión, creo que es un modelo lo suficientemente sensato y prudente como para lograr el equilibrio de desarrollo que nuestra patria necesita.

Efectivamente, como plantean en su plan, nos vemos afectados por menores precios en las exportaciones, un dólar cada vez más fuerte y la elevación de las tasas de interés. Los países emergentes están ante un decrecimiento generalizado ¿Cómo el Perú puede convertir esto en oportunidades de desarrollo?

En nuestro plan partimos de la premisa que estamos en un contexto internacional diferente al de, por ejemplo, el 2006. En el debate presidencial frente a Alan García, disputábamos si creceríamos al 7.5% como yo sostenía y terminamos creciendo al 9% porque estábamos ante un escenario en el cual el precio de nuestros minerales había crecido significativamente. Hoy estamos en un escenario distinto que no podemos ocultar, que pensamos que no será irreversible, pensamos que la recuperación de la economía americana y europea puede ir abriendo oportunidades para nuestros mercados pero que nos obliga a mirar el mercado interno y, en consecuencia, nuestro Plan de Emergencia tiene dos grandes bases: por un lado, la generación de confianza y la eliminación de las trabas burocráticas pensando que la gran inversión ha detenido no lo que era inevitable pero si sus nuevos proyectos de expansión, crearles confianza siendo conscientes de que dependerá de un curso afectado por la recuperación de la economía mundial. Fomentaremos la inversión público-privada, donde el rol de la inversión pública no es menor y mediante la inversión productiva y social (pistas y veredas, muros de contención, programas de agua y desagüe, titulación, programas de construcción de vivienda popular) se puede tener un impacto dinamizador inmediato de la economía. También en el campo, Alan García ha hablado de la emergencia agraria frente al estrés hídrico que se afronta en Ica, Arequipa, Junín o el norte mismo, que debería ser recuperado con un mejoramiento de programas de riego, reservorio y canales de regadío, ayudando a la productividad y la generación de empleo.

En otras palabras, el gran desafío es volver a recuperar los estándares de crecimiento que solo vienen por una inversión masiva de capitales, pero, la recuperación inmediata pasa también por la presencia del Estado con una inversión pública en lo social y en lo productivo que rompa esta inercia y que permita crecer

Los conflictos sociales que impiden el avance de grandes proyectos se han visto acrecentados en estos últimos años. ¿Cómo harán que se recupere la confianza de los inversores?

Primero, siendo conscientes de que el Estado no puede estar ausente. La sensación que se tiene de la administración que termina es que el Sr. Humala primero con sus definiciones sobre agua u oro, y más tarde entendiendo que era un problema en la empresa privada, llegó siempre tarde, y la unidad de preservación de conflictos de la PCM, llamada a adelantarse al conflicto , llegaba normalmente de bombero a apagar los incendios y sin ninguna capacidad de reacción.

Lo que proponemos es el diálogo, que es el instrumento civilizado para que en democracia se puedan poner de acuerdo los intereses en conflicto, pero queremos una actuación preventiva del Estado y de la empresa privada, lo que el Tribunal Constitucional define como la “inversión deseada”, donde la empresa debe ser consciente de que en sus costos de operación debe incluirse el costo hacia la responsabilidad social, que definirá sin imposición del Estado para generar armonía en la comunidad. Lo que acabamos de ver con Petroperú, por ejemplo, es la evidencia de la incapacidad más absoluta de manejar el Lote 192 y de controlar el enorme daño ambiental que estaba produciéndose.

Pero, además, la Alianza Popular ha propuesto el canon comunal, que a partir de la producción de riqueza y generación de Impuesto a la Renta no solo perciba el beneficio el gobierno central, regional o local sino que se acerque a la propia comunidad. Es un tema que habrá de regularse con cuidado para que el dinero sea bien usado, fundamentalmente para proyectos estándares en temas medularmente importantes en lo social donde la empresa privada eventualmente pueda involucrarse. El concepto es que la comunidad no vea pasar esa riqueza sin saber que también la beneficia.

Uno de los principales problemas para alcanzar competitividad y lograr ingresar a la OCDE es la exagerada burocracia. Su plan coincide con el de otros partidos en tomar acciones drásticas y específicamente habla de lograr que la inversión privada corresponda al 22% del PBI total. ¿Cómo se esquematizará esto hacia el 2021?

Esos problemas se han visto agudizados en los últimos cinco años. Si solo elimináramos una cantidad de trámites creados en este último quinquenio, avanzaríamos mucho.

Se puede seguir el camino de tomar el trabajo realizado por la Contraloría General de la República y la CONFIEP, donde se ve un listado claro en materia petrolera, gasífera, maderera, etc. de los trámites importantes que se deben hacer. El otro camino es seguir como plantilla los requisitos que la OCDE nos pide como objetivos para entrar. De modo que sobre eso ya hay mucho escrito y es solo seguirlo.

Hace unas semanas conversé con Mercedes Aráoz sobre el plan de creación de 3 millones de empleos por parte de PPK, pero no son tan optimistas con el crecimiento del PBI. Ustedes plantean crear 2.5 millones de empleos y un aumento al 6% en promedio del PBI. ¿Cómo lo harían?

La generación de empleo es consecuencia del crecimiento, es la inversión la que trae empleo y crecimiento así que esa ecuación sería imposible sin el mismo. El crecimiento al 6% del PBI es, en efecto, una meta que creemos viable, difícil pues no es superable de la noche a la mañana y somos conscientes que el primer año será difícil. Si pronto alcanzáramos la meta del 4% que a Colombia le dio tantos años de estabilidad ya sería un buen paso.

Para lograr ese objetivo se debe mirar como un conjunto los aspectos que proponemos como medidas de emergencia para romper la inercia, confianza en la inversión, liderazgo político, simplificación administrativa, un régimen tributario claro y crecimiento controlado en la inversión pública.

En cuanto a los proyectos de inversión público-privadas, hay diez mil millones de dólares detenidos en Proinversión, en los que no dudo la gran mayoría reclaman compromisos de parte del Estado. Hasta ahora el MEF ha sido muy reacio en darlo como punto de partida pero yo creo que hay que flexibilizar ese criterio porque el impacto en generación de empleo que esto puede tener, puede ser muy grande.

También, hay rubros que son siempre motores como la construcción, por eso impulsaremos programas de vivienda popular que crearán empleos temporales pero generarán condiciones de mayor calidad de vida tanto urbana como rural.

Tocando el tema de los fondos de pensiones y AFP, nosotros somos partidarios de este sistema que ha sido muy positivo pues ha ayudado mucho al ahorro nacional. Hay quienes están en la lógica de disminuir todo lo que sea posible el ahorro de la gente, liberalizándolo y abriendo posibilidades alegando que esto trae competencia. Nosotros somos prudentes pero no dejamos de reconocer que, por ejemplo, si una pequeña parte de los fondos (previamente conversado con las AFP) pueda destinarse para que el ahorrista lo destine a la compra de una vivienda que lo beneficiaría si tuviera una casa alquilada y, si tuviera una propia, generándole otra renta. Si seremos cuidadosos en evitar que una persona que ha acumulado “x” monto, pueda dilapidarlo y cuando lo necesite en lo urgente no cuente con él.

Y teniendo en cuenta el contexto internacional, hay sectores que nos pueden generar ventajas como el turismo que es un sector dinámico en generación de empleo y de rápido impulso local y nacional.

Resumiendo: confianza para la gran inversión, inversión pública, diversificación a sectores que generen inmediato movimiento económico y, finalmente, una mirada al campo, a la agricultura. Ese conjunto de medidas nos hace tener el optimismo de que llegaremos al 6% de PBI y generaremos los empleos que señalamos

Y por último, conscientes de que es un estímulo, proponemos que para el empleo juvenil vayamos a un modelo por el cual se le dice a la empresa privada que contrate jóvenes con todos sus derechos y le reconocemos una posibilidad de deducción adicional del impuesto a la renta. No será una regla genérica pero al permitir que se genere el trabajo y poner dinero en manos de la juventud, vía IGV hay una posibilidad de recaudación que puede compensar la disminución que pueda haber, que no es muy grande porque el primer empleo normalmente está en el tramo inicial que no paga impuesto a la renta.

Así que, con creatividad y medidas en el campo, es perfectamente posible reactivar la economía, generar trabajo y lograr al cabo de 5 años la meta de crecimiento del 6%.

¿Cómo concilia esa ampliación de la base tributaria con el incentivo a la formalización?

La ampliación de la base tributaria es indispensable porque es el mecanismo de formalización de nuestra economía.

El Perú ha crecido extraordinariamente con un esfuerzo popular al margen del Estado y de los políticos, que reconocemos pero que no puede ser la forma estable de crecimiento. En consecuencia, somos partidarios de avanzar hacia la formalización sobre nuestra tesis constatada por un estudio del Banco Mundial que señala que en el Perú el costo de pagar el impuesto o de pretender ponerte al día cuando no lo pagaste es tan elevado que desincentiva absolutamente a la formalización.

Tenemos que cambiar la filosofía de la SUNAT, que tiene que ser un ente que se aproxime al contribuyente para atraerlo, mucho más amigable y educativa pues el sistema actual es complejo. Llenar cada formulario reclama asesoría contable y el pequeño empresario paga costos enormes por hacerlo. Una SUNAT atractiva y un Estado que brinde mejores servicios será una reforma más de actitud para atraer de la informalidad a la formalidad

Como último tema, toquemos el del comercio exterior. Siendo una de las pocas capitales del mundo con salida al mar ¿Cómo lo aprovechamos? ¿Cuáles son sus propuestas en regulaciones e infraestructura portuaria que, creo, tiene un potencial enorme?

Tengo que reconocer que en los últimos años hemos mejorado en algo y, a pesar que un personaje tan connotado en el aprismo como el ex congresista Negreiros , defensor de los sistemas legales pre-existentes en el mundo portuario, la eliminación del contrapunto ha favorecido a un régimen laboral mucho más lógico y ordenado. Pero nuestro plan incide en la modernización de los puertos, así el segundo gobierno del presidente García mantuvo una liberalización de esa legislación.

Necesitamos una infraestructura mucho más moderna y para lograrlo es indispensable la inversión privada y, por ejemplo, los avances en el puerto del Callao son saludables. Hoy los problemas que confrontamos son otros pues esto está trayendo enormes problemas de inseguridad que hay que corregir. El Callao que hoy está bajo control privado está siendo también flanco para el ingreso del narcotráfico, para la contratación de trabajadores que a la larga están sirviendo ya no de fletadores o de trabajadores portuarios sino de auténticos favorecedores del narcotráfico.

En consecuencia, eso tiene que ser abordado con inteligencia. Es uno de los ejemplos en que creo que las fuerzas armadas puede favorecer puntualmente con las labores de inteligencia de la Marina de Guerra, donde apoye a poner una política de seguridad que permita la operatividad adecuada del puerto del Callao sería fundamental pero, bienvenida la inversión que se dio.

Simultáneamente, hay que mantener un régimen de trabajo digno y responsable. Yo estaré en el puerto de Salaverry dialogando con los estibadores porque hay que escuchar sus necesidades y persuadirlos a que la legislación e infraestructura deben modernizarse.

Así que, el sobrecosto portuario es un desincentivo a la exportación y es un factor de encarecimiento de esa actividad fundamental para el Perú.

Finalmente, ¿cómo quisiera que recuerden a la Alianza Popular y a la actuación de Lourdes Flores como lideresa de uno de los partidos que la conforman, a partir del 2021?

Como es un mensaje dirigido especialmente a jóvenes como muchos de los lectores de Lucidez, yo quiero recoger un clamor que como vieja política no puedo dejar de mirar y de advertir con humildad y con total respeto. Se aprecia que la juventud quiere novedad y es por eso que este esfuerzo entre el PPC y el APRA ha sido visto por muchos jóvenes como esfuerzos de la vieja guardia pero no algo que interprete ese sentimiento juvenil y yo quiero dirigirme a ese requerimiento de novedad y decirles que estamos en la recta final y persuadirlos para que lo piensen y mediten, pues son ustedes los únicos que tienen que tomar su decisión y no habrá forma humana que un joven sea conducido si no es por su propio razonamiento y convicción, que esto que hemos hecho es una novedad en el Perú.

Hemos pasado del caudillismo con débiles instituciones al personalismo y la improvisación exacerbada. Este quinquenio no es sino un ejemplo de esa exacerbación, de la construcción de un proyecto individual o conyugal de una pareja que decide llegar al poder sin estar preparados y sin equipos forjados. Trajeron buenos técnicos con gabinetes de gente valiosa pero, en general, fue un gobierno que se construyó sobre la marcha a partir de dos buenos señores que un día decidieron que querían gobernar el Perú. Y eso tiene que acabar, porque eso no nos permite pegar ese salto que necesitamos.

Por eso, yo creo que es una novedad que debiera ser, por lo menos, meditada, de dos partidos antagónicos que se unen y dicen que hay un proyecto de país que tenemos que sacar adelante. Obviamente en un proyecto que no solo está representado por figuras que frisemos los cincuenta o sesenta años que traen experiencia y es bueno, pero también tiene muchos jóvenes valiosos que van al Congreso, que van a estar en el Poder Ejecutivo. Es más, queremos que la administración pública sea una oportunidad para que mucha gente joven profesional pueda hacer una carrera.

Yo tengo que reconocer con hidalguía que en los noventa, el fujimorismo hizo atractiva la carrera pública para muchos profesionales de mi generación, que ganaron una experiencia valiosa trabajando cinco o diez años en el Estado, que les ha servido luego para tener magníficas posiciones en el sector privado y traer esa mirada. Y, simultáneamente, esas figuras, jóvenes, ayudaron en mucho a la renovación y reforma del Estado.

De modo que, nuestro mensaje como alianza es que es una profunda novedad pues no ha sido normal en el Perú que fuerzas antagónicas se unan institucionalmente en un plan de gobierno. Es novedoso que se piense en una idea de gobierno institucional y de poderes compartidos. Porque si el otro clamor es el enfrentamiento a la corrupción y lo suscribo, creo que nada es más democrático que controlar el poder. En la medida en que dos partidos cogobiernen hay más posibilidades de controles recíprocos.

Y, finalmente, estoy totalmente de acuerdo en que la novedad de la alianza debe expresarse en muchas figuras que llegarán al parlamento y que ojalá puedan ser ministros de Estado y en una administración pública que capte un importante contingente de jóvenes para ejercer función pública.

No olvidemos que la meta de este quinquenio es el bicentenario y es un momento histórico para el Perú para pensar en cómo darle este impulso necesario y que una nueva generación tome la posta como corresponde. Soy la primera después de casi cuarenta años de vida política en ser consciente de que la política peruana necesita renovar sus cuadros.

Me siento muy orgullosa en mi partido, el PPC, de ver cómo hay gente que puede perfectamente asumir esa responsabilidad y la asumirá, y creo que esa gente tiene que conducir un proyecto por veinte o treinta años más, atrayendo a su vez a nuevas generaciones.

Así que, quiero sumarme a este clamor de novedad, no negarlo y admitirlo como una necesidad y permitir persuadirlos de que en nuestra alianza está ese factor que se está demandando.

Referencias:

(1) Canciller de Alemania (1949-1963)
(2) Ministro de Economía de Alemania (1949 – 1963)
(3) Economista de la Escuela de Friburgo
(4) Economista alemán investigador de la economía social de mercado.
(5) Carta encíclica del siglo XIX sobre el trabajo de los obreros.