Tras varios meses viendo a los mismos candidatos en los primeros lugares de las encuestas, el escenario finalmente comenzó a moverse a fines del año pasado con el despegue de César Acuña. Sin embargo, evidentemente, Acuña no es lo que los electores que se la pasan esperando “a ver quién más aparece” querían ver irrumpiendo en el elenco estable. En el esfuerzo por buscar opciones diferentes, son muchos los usuarios que han empezado a impulsar y comentar en redes sobre las candidaturas de Julio Guzmán, Verónika Mendoza y, recientemente, Alfredo Barnechea.
Pero hay algo que llama la atención: al parecer no son pocos quienes consideran votar por cualquiera de los tres porque “van en la misma línea”. Esto es curioso considerando que se trata de un sector del electorado que cree que quienes apoyan a los otros candidatos son solo un montón de desinformados. ¿Puede decirse que la candidatura de un partido como Acción Popular representa lo mismo que la de una agrupación que al parecer ni siquiera puede organizar bien una elección interna? ¿Es siquiera necesario preguntar qué tienen en común Guzmán y el Frente Amplio de Izquierda? ¿Guzmán y Barnechea se bajarían la Constitución del 93, como cree necesario Mendoza? ¿”Vero” estará de acuerdo con la frase de Guzmán, “economics drives politics”, con la que explicaba a potenciales financistas judíos la lógica política detrás de un TLC con Israel? ¿El candidato de Todos Por el Perú renegociaría los contratos de gas?
Julio Guzmán, Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea representan visiones muy distintas del país. Lo único que parece común a los tres es su apoyo al aborto en casos de violación y la unión civil para personas del mismo sexo. Pero esa coincidencia no puede bastar para considerar que hay una línea en común si es que uno de ellos quiere, por ejemplo, una nueva constitución. De modo que la razón por la que algunos creen que da lo mismo cuál de ellos sea elegido, con tal que no sea ni Fujimori, Kuczynski, Acuña o Alan García, sería solo que son alternativas distintas.
Esto hace pensar una cosa de ese sector del electorado. Tal vez varios de ellos no encarnan el voto crítico e informado que dicen representar. Barnechea, Mendoza y en menor medida Guzmán (por sus contradicciones), tienen una lista de causas que piensan promover de llegar el poder, pero parte de quienes los apoyan son rebeldes sin causa, que buscan el cambio por el cambio y que, justamente por eso, difícilmente constituyan una base sólida para cualquiera de los tres en el largo plazo. Sin identidad en torno a ideas, el apoyo que puedan conseguir podría esfumarse fácilmente. Si yo fuera del Frente Amplio, me preocuparía que confundan mi propuesta con la del candidato cercano a Macroconsult.