Evitar lo inevitable, por Daniella Paredes
"Aún con la posibilidad de que la admisión de la moción hubiese sido aprobada, Pedro Castillo no se tomó la molestia de siquiera excusar su último escándalo: las visitas en la casa de Breña"
El debate del día martes demostró que solo 46 congresistas velan por la transparencia y la democracia en el país, mientras que el resto ha decidido defender lo indefendible. Admitir la moción de vacancia era, en el peor de los casos, la oportunidad para que el Presidente del Pueblo rinda cuentas sobre su gestión (en caso hubiese), y para que esclarezca todos aquellos escándalos en los que se encuentra inmerso.
Más que consensos y alianzas, lo que se esperaba de la votación era que esta demuestre criterio por parte de los legisladores y que sea un reflejo de los hechos tangibles. Ahora sabemos que son 80 congresistas quienes han priorizado su lealtad hacia el Presidente o sus intereses personales sobre su deber con los ciudadanos. Sin embargo, lo único que están haciendo es evitar lo inevitable, pues será el mismo Pedro Castillo quien, con su desgobierno, vuelva a poner una posible vacancia sobre la mesa.
Al tratarse un tema tan delicado como lo es el futuro del país, se esperaba también que todos los argumentos presentados muestren solidez y coherencia. Pero las bancadas que votaron en contra se limitaron a repetir frases carentes de fondo: “No hay sustento”, “es inconstitucional” y “va a desestabilizar al país”. Tal parece que estos congresistas han hecho caso omiso al financiamiento ilícito de la campaña de Perú Libre, el tráfico de influencias, las agresiones a la prensa, etc. O, en todo caso, consideran que ello es moralmente correcto y que fomenta la estabilidad en el país.
Una vez revelado el resultado de las votaciones, un grupo de legisladores celebró, entre gritos y aplausos, el rechazo a la admisión de la moción de vacancia. Ello no solo muestra que las decisiones tomadas están parcializadas, sino también una falta de respeto con el 57% de peruanos que rechaza la gestión del Presidente Castillo. Esto deja un sinsabor y hace que, inevitablemente, surja la duda ¿Para qué pueblo trabajan?
Aún con la posibilidad de que la admisión de la moción hubiese sido aprobada, Pedro Castillo no se tomó la molestia de siquiera excusar su último escándalo: las visitas en la casa de Breña. Ello supone un mal presagio para su continuidad en el cargo, y todo parece indicar que esta no será la última vez que se debata la vacancia por incapacidad moral permanente. Quizás en esa segunda oportunidad más congresistas estén convencidos de que esa es la única forma de obtener respuestas o de frenar la inestabilidad (en caso esta ya no haya desbordado).