Fuese y no hubo nada…

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Las frases de la semana las pronunciaron varios eminentes políticos el mismo día 5 de julio, el día del referéndum en Grecia. El «no» a la aceptación del acuerdo con los acreedores triunfó. Y Tsipras declaró: «El mandato no es de ruptura con Europa». Como se ha visto: porque -¡oh, sorpresa!- han vuelto a negociar como si nada hubiera pasado. Incluso en un primer momento parecía que, ahora sí, el gobierno griego aceptaba las condiciones de la Unión Europea, como si nada; luego han vuelto a presentar un plan muy parecido a los anteriores, como si nada; los ministros de Finanzas, como siempre, han dicho que no era suficiente y el viernes el gobierno griego ya señalizaba que antes del domingo habría acuerdo: como si nada. Eso sí, han cambiado al Ministro de Economía, porque Varoufakis ya había terminado con los nervios de sus colegas. Eso sí: después del referéndum, el Ministro alemán de Asuntos Exteriores -que tiene que recuperar un poco de protagonismo, porque todo lo hace la Merkel, con o contra, según el momento, el Ministro de Finanzas Schäuble- lanzaba en twitter la esencial frase: «Ball in Athen’s court», es decir: «La bola en el campo de Atenas». Y la Comisión, el mismo día, indicaba que «takes note of and respects the result of the referendum in Greece», es decir: toma nota y respeta el resultado del referéndum en Grecia». Extraño sería que una institución europea no respetara una decisión democrática en un Estado miembro. Tranquiliza saber del alto nivel de conciencia democrática en la Comisión.

¿Estará aumentando la conciencia democrática en China? Agencias Press informan de que el día 10 de julio tomaba posesión de su sede, la diócesis de Zhouzhi, el Obispo Martin Wu. La cosa no tendría nada de especial si no fuera porque el obispo fue nombrado hace 10 años, en el 2005, por el Vatricano y ha pasado estos diez años en arresto domiciliario. De esta forma, este obispo, nombrado por el Santo Padre, ha sido reconocido por el gobierno chino y la Iglesia patriótica. Todo un rompecabezas el de los católicos chinos. Viajeros a aquel país confirman que en las ciudades principales, desde luego, no es difícil encontrar un templo católico abierto y con culto, con una importante asistencia de fieles a las Santa Misa. Junto a esto, existen también estos casos de arrestos domiciliarios y aun de prisión para obispos y sacerdotes católicos.

No es extraña esa afluencia pues según la web «Christian today» un 22 por ciento de los cristianos en China son menores de 30 años, es decir, es una población dinámica y joven la que accede al cristianismo. Eso sí, aun más (pero muy poquito) lo es el Islam, con un 22.4% de menores de 30 años. Y esta afluencia de los jóvenes a la religión se da a pesar de que la «Commission on International Religious Freedom (USCIRF)» reseña para el 2014 un «crecimiento alarmante de abusos sistemáticos» contra la religión. Apertura quizá, «ma non troppo», eso seguro. Unas 400 iglesias fueron destruidas -de acuerdo con dicho informe- el año pasado; la mayoría de los abusos se reportan contra las confesiones cristianas. El gobierno tolera sobre todo las manifestaciones religiosas de quienes se han asociado a las organizaciones patrióticas que convocan, por separado, a católicos, protestantes, budistas, taoístas y musulmanes.

Volviendo a Grecia, dice «El País» que en la Unión Europea hay cuatro grupos de países: los implacables (Alemania, Eslovaquia, Eslovenia, Austria, Finlandia), los que vacilan entre ser implacables y poner medios para que Grecia no salga del euro (España, Portugal, Irlanda, Bélgica, Chipre), los moderados, que quieren hacer esfuerzos porque salvar a Grecia significa salvar a Europea – y viceversa (Italia y Luxemburgo) y la conciliadora (Francia, que no cuenta con el apoyo abierto de ningún otro Estado, pero sí de la Comisión Europea), que intentará mediar y conciliar como sea.

Y para quien ya esté un poco cansado del tema podemos recoger que por la web circula lo siguiente: es sabido que la gente de Bilbao tiene una elevada autoestima, por decirlo de algún modo. Están seguros de que los de Bilbao son capaces de casi todo. Pues bien, circula una portada (falsa) de un diario económico (verdadero) con una gran foto, que ocupa casi toda la portada: un buen grupo de vascos, orondos, con su boina en la cabeza y un vaso de vino en la mano, un «txikito», como llaman allí a ese trago de vino (un poquito nada más) que toman en el aperitivo (porque así luego pueden ir a otro local y tomar otro «txikito»). Y dice la leyenda: «Una cuadrilla (grupo de amigos) de txikiteros pone bote (reúne dinero) para el rescate de Gracia y sobran mil euros». Una pena que la Comisión Europea no se haya enterado.