“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”. – Joan Baez
- El caso La Centralita parece involucrar hasta al mismo presidente Humala ¿A dónde seguirá el misterio rondando la red de corrupción de Álvarez?
- En el afán por blindar a Belaunde Lossio, el despido de Yeni Vilcatoma ha sucitado fuertes críticas de la opinión pública ¿Qué tiene que ocultar el ministro Figallo?
En el último año, programas como No culpes a la noche y Sin peros en la lengua, diarios como El Comercio y La República además de un sinfín de espacios online y blogs, han hecho un esfuerzo sobrehumano y una investigación periodística de aquellas que pasan a los libros de historia, casi como la de Bernstein y Woodward del Washington Post sobre el caso Watergate, con el fin de desenmascarar una de las redes de corrupción más sorprendentes en nuestro país. Quizás la mafia política que operaba con mayor inmunidad desde la época de Montesinos, “La Centralita”.
Con el pasar de los meses nombres como César Álvarez, Rodolfo Orellana, Martín Belaunde Lossio y el mismísimo Sheriff Benedicto Jiménez han salido a la luz involucrados hasta el cogote con las más terribles extorciones, el tráfico de terrenos y asesinatos como el del valiente Ezequiel Nolasco, un consejero regional que no hizo sino lo que cualquier persona con una conciencia moral haría, denunciar la podredumbre que se gestaba a expensas de los bolsillos ancashinos y que tenía como fin el blanqueo de dinero y la perpetuación en el poder del mafioso César Álvarez, coludido con sus amigazos Orellana, Belaunde Lossio, el congresista Benitez y Benedicto Jimenez.
En cualquier país civilizado luego de un año de investigación y ya con la mitad de los cabecillas en prisión se tendría una sentencia ejemplar para Orellana y su combo, es más en cualquier país civilizado el otrora honorable empresario Belaunde Lossio, afamado Lobista y consejero de la pareja presidencial, también estaría tras las rejas (y digo pareja presidencial por que el Perú del humalismo es como el consulado Romano, “el gobierno en manos de dos”). Pero hay un pequeño problema, la honestidad para hacer la diferencia parece haber quedado en el olvido, por lo menos en el ejecutivo, dados los constantes bloqueos que hay en el caso. Esto llamó la atención de dos personas de esa casta a la que Nolasco pertenecía y que ahora parece estar en peligro de extinción. Los ex procuradores Christian Salas y Yeni Vilcatoma.
La señora Vilcatoma luego de percibir el sinfín de bloqueos por parte del ministro Figallo siguió las órdenes de su jefe Christian Salas y grabó las conversaciones donde se oye claramente al ministro de Justicia poniendo trabas a la investigación sobre Martín Belaunde Lossio. ¿Qué tiene que ocultar el gobierno? ¿Cuál fue el motivo real por el cuál decidieron despedir a Yeni Vilcatoma? ¿Acaso se le viene la noche al Humalismo? Volviendo al Leit Motif, en cualquier país civilizado se le pediría de inmediato la carta de renuncia al ministro de Justicia y se promovería a la ex procuradora Vilcatoma. Pero la pareja presidencial opta por seguir gobernando vía twitter y condena la actitud de la ex procuradora ¿Cómo se puede confiar en alguien que intercepta conversaciones? Exclama iracunda la primera dama Nadine Heredia via la red de microblogging. Pues la ley ampara a la ex procuradora, ya que en caso de una investigación tiene la potestad y las facultades para interceptar las comunicaciones de sus superiores y vaya que le agradecemos este acto de hidalguía y honestidad, que no hace sino mostrar la verdadera cara del Humalismo, un gobierno de medio pelo que no hace más que criticar al Aprismo y al Fujimorismo cuando pertenecen a la misma casta política y de gran transformación, honestos y demás solo les quedan los slogans de Favre. Las investigaciones de Vilcatoma han dado con que el mismísimo presidente Humala visitó hasta en dos ocasiones La Centralita y en lo personal dudo mucho que haya sido para tomar el té con Orellana, Álvarez y su amigazo (y actualmente peor piedra en el zapato) Martín Belaunde Lossio. Lo peor del caso no es que hayan despedido a la ex procuradora, sino que la han dejado a su suerte, en manos de los mafiosos de La Centralita, que sin duda y como ya la experiencia de Nolasco no enseño, no tardarán en tomar venganza. La Guaripolera del gabinete Daniel Urresti salió a decir que no se le quitaría el resguardo policial a la ex procuradora, pero al igual que los ideales de la campaña, las palabras se las llevó el viento y a las pocas horas tras retirarse el resguardo por órdenes de sus superiores, el ministro la exhortó a presentar a Contraloría su caso, el cual sería evaluado y de considerarse necesario el resguardo sería repuesto. Pues si el ministro está leyendo, que deje de hablar tanto y haga algo, porque la integridad de una peruana honesta que no hizo más que tratar de erradicar la podredumbre que somete a las altas esferas del poder, corre peligro.