Alexis Tsipras terminó aceptando el ajuste del plan europeo que Grecia rechazó en el referéndum último. De esta manera, la unión europea abrió la posibilidad de una reestructuración de la deuda del país griego, pero antes exigió duras reformas al gobierno de Tsipras.
Fue así como Grecia, con unos ligeros retoques, acata casi por completo la última oferta europea rechazada el domingo pasado. El único cambio es el reducir menos el gasto militar de lo que le exigían sus socios y financiadores. Además, el gobierno griego se comprometió a hacer concesiones simbólicas y circunscritas a las subidas de impuestos.
Este sería el tercer rescate financiero de Grecia. Desde 2010, el país lleva dos rescate de 240.000 millones de euros, al que se sumará un tercero de al menos otros 53.000 millones.