Haití, cinco años luego del terremoto

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“Estaba caminando luego de hacer unas compras en el supermercado y de pronto la tierra empezó a moverse bruscamente, el sonido retumbaba y muchos de los edificios de la zona comenzaron a desplomarse, era terremoto” dice Mirlie St-Preux, joven estudiante haitiana de Relaciones Internacionales quien el martes 12 de enero de 2010, se salvó de morir del fuerte sismo  de 7,3 grados en la escala de Ritcher y con una intensidad de grado X en la escala sismológica de Mercalli.

Hace poco se cumplieron cinco años de aquel desastre natural. El terremoto acabó con la vida de más de 300 000 habitantes, dejó miles de heridos y alrededor de 1,5 millones de personas se quedaron sin hogar en el país más pobre de América (con un índice de desarrollo humano de 0.471 ubicándolo en el puesto número 168°). Sin embargo, ahora el número de haitianos desplazados se ha reducido en un 94% y  el de campamentos en un 93%, señala Gregoire Goodstein, jefe de misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas en Haití. Esta cifra es  importante si se compara con el más de un millón de haitianos que perdieron sus hogares ese día.

A pesar de la larga transición política, el conflicto de antigua data con República Dominicana y los estragos producto del movimiento telúrico del año 2010; Haití encontró el rumbo económico desde que el ex primer ministro, Laurent Lamothe, transformó a esa república en un objetivo de inversión. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que el crecimiento de Haití para el año 2012 sería de un 8%, por el factor de la inversión extranjera. A través de distintas reformas como un código de inversión promocionando exenciones impositivas durante quince años; los incentivos fiscales; la creación, para acelerar proyectos, de un Centro para la facilitación de la inversión; e incluso la creación de un registro en línea de inscripción para hacer negocios,  han generado que en los últimos años (entre 2012 y 2013) la inversión extranjera aumente considerablemente en un 25% y se proyecta que seguirá creciendo.

Solamente entre el gigante cervecero Heineken, la telefonía móvil de Digitel y la empresa vietnamita Viettel realizaron una inversión total de $ 900 millones de dólares americanos, según fuentes del gobierno de Michel Martelly. Por otro lado, la Cooperación Internacional ha reactivado la vida socioeconómica del país, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) ha contribuido a ello apoyando la labor humanitaria y de recuperación, y alentando a todos los agentes a seguir participando en la planificación conjunta y en la coordinación a nivel nacional y local. La MINUSTAH ha desplegado 7 213 efectivos uniformados (actualizado al 31 de diciembre de 2014), hecho que generó una reducción en la tasa de delincuencia y, por ende, un aumento en la confianza del empresariado.

Pero aún hay mucho por hacer, recordemos que la pobreza siempre ha sido una constante en Haití y que cualquier forma de crecimiento, así sea del 1% será de gran ayuda. Por ello es un error compararlo con algún otro país de la región. Hoy en día es el turno de Evans Paul, actual Primer Ministro, de continuar con las reformas emprendidas por Lamothe.

L’union fait la forcé.

La unión hace la fuerza.