He sido infiel, por Aristides Gonzáles Vigil

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Una de las relaciones más puras y recíprocas que he llegado a tener en estos últimos tiempos es con el que fuese mi museo favorito. El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires forma parte activa de mi vida. Me encierro en su cine, vuelvo a ver las temporales, me paseo cuando no hay gente por la permanente y lo veo dormir cuando salgo de trasnoche luego de ver una película. El MALBA hace mucho por mí; me culturiza.

No tenía eso en Lima porque hace mucho tiempo vivo fuera y peligrosamente además, sostenía un concepto erróneo y desfasado que me frenaba a investigar (enamorarme) de lo que pasaba. Hace tres semanas le saque la vuelta al MALBA.

El Museo de Arte de Lima ha despertado (como estudiante de Arte y ser sensible) mi curiosidad y admiración por el arte peruano. Ha motivado un hambre de conocimiento por investigar y aprender sobre grandes artistas que nos dejan un legado histórico no cuantificable. Por poner un ejemplo hay que solo dedicarle una buena porción de tiempo a apreciar el trabajo de Baca-Flor o mi favorita la sala de platería.

La colección permanente es un representante completo del Perú, una carta de presentación que comprende desde arte prehispánico, pasando por una colección de arte colonial asombrosa para luego seguir con republicano y una creciente colección de arte moderno.

El gusto no acaba (ni empieza) en la colección permanente. En el primer piso se acaba de inaugurar una de las muestras mas exquisitas y completas que he visitado en los últimos años, sobre el fotógrafo puneño neo-indigenista Martín Chambi. El trabajo de restauración de las fotografías por Edward Ranney, y la forma en que están dispuestas las obras hacen de la muestra una experiencia completa. El trabajo curatorial simplemente un placer.

Jostein Gaarder dijo “Si no sabemos en todo momento a dónde vamos, puede resultar útil saber de donde venimos”. Básicamente es una entrada de agradecimiento a las personas que se la juegan desde adentro por el Perú. A las generaciones que me preceden por ser las responsables del boom cultural en el que el Perú se encuentra. Y reafirmar la gigantesca fe que tengo en mi generación, la cual en algunos años tomará las riendas del país. Es una responsabilidad muy grande: ¡PREPARÉMONOS!