El Presidente Humala comentó hace unos días que a los empresarios peruanos les falta garra para los negocios y que deberían de sudar la camiseta. Hasta llegó a decir que los empresarios peruanos se parecían a la selección peruana de futbol, ya que cuando algo sale mal, tiran la toalla en vez de luchar. La verdad, no me sorprende que Humala haya dicho eso, pues creo que es su hobby tratar de hacerle el trabajo imposible a su gabinete. Decir que el fujimorismo salió de las cloacas cuando el ministro Segura estaba trabajando por aprobar paquetes reactivadores en el Congreso, por ejemplo, no fue de gran ayuda. Decir que la oposición es una “jauría de cobardes” justo cuando el nuevo primer ministro Cateriano ecesita el voto de confianza, tampoco es inteligente. Todo parece indicar que para la recuperación económica y la unión política, Humala deshace lo que su gabinete mal que bien puede hacer.
Pero volvamos a los hechos. ¿Cuándo Humala vomitó esas palabras de reclamo al sector empresarial? Cuando estaba reunido con los gobernadores regionales. Claro, es “chévere” pedirle garra al sector privado cuando tienes la definición de ineficiencia sentada al frente tuyo. Si bien el gobierno central gastó un 19% más este trimestre en comparación con el mismo periodo del año pasado y los gobiernos regionales y municipales un 50% menos, esta situación aunque alarmante era de esperarse (como mencionó nuestro editor Alfonso de la Torre, que no venga Luis Carranza a criticar y decir que en los primeros años de gobiernos regionales el gasto del gobierno central debería de crecer más. Recordemos nada más que en el 2007, con Carranza de ministro, se creció solo 13%, menos que ahora).
Y así como Humala les pide garra a los empresarios, yo le pido valentía para defender los verdaderos intereses del Perú, y no los de sus amiguitos o simpatizantes para tener más popularidad. Valentía para defender un proyecto tan importante como Tía María. Valentía para saber reconocer que los conflictos sociales no son tanto por el proyecto, sino por el abandono del Estado. Valentía para asumir las riendas de un país pluricultural y difícil de manejar. Valentía para admitir que se equivocó al elegir a Cateriano, y que solo quiere que no le den el voto de confianza para cerrar el Congreso con todas las de la ley. Valentía para que lo investiguen por el caso Belaunde Lossio, ya que si es inocente como dice, ¿qué tiene que esconder? El problema es que pedirle valentía a Humala es como pedirle peras al olmo. Simplemente no va a suceder, porque Humala no es valiente.
Lo que yo pienso es, ¿nos merecemos a Humala como presidente o podemos aspirar a una persona que piense antes de hablar? Creo que no pido mucho. Alguien que trabaje con su gabinete y muestren un mensaje común. Alguien que tenga el respeto de la mayoría de peruanos. Ya cansémonos del “mal menor” y elijamos a alguien que sea digno de llamarse Presidente del Perú. Necesitamos a alguien con la valentía que le falta a Humala, pero honesto. Necesitamos a alguien sin el desatino que le sobra a Humala. De más está un presidente que deshace lo que su gente hace.