Cuando Keiko Fujimori perdió la presidencia por escasos puntos en 2011, muchos se preguntaban si volvería a tener la oportunidad de tentar ganar en 2016 este mismo cargo. Las respuestas no se dieron en los meses después de que Ollanta Humala asumiera el mandato delegado por la mayoría de la población. El flamante presidente asumió la presidencia con muchos temores de muchos pero con tropiezos y torpezas no cambió las reglas de juego económico que tanto bien le hizo al país en los últimos 20 años. Después de darnos cuenta que Humala no gobernaba y que comenzó a delegar muchas funciones en su esposa Nadine Heredia, ya fue más fácil ver a la hija de Alberto Fujimori como potencial presidenta. Ella comenzó a hacer campaña desde el mismo año en que perdió la segunda vuelta, fortaleció y cambio de nombre a su partido, y por si fuera poco hizo constantemente viajes a todo el Perú con la intención de disminuir el antifujimorismo, ese que la dejo fuera de carrera en junio de 2011.
La lideresa de Fuerza Popular se vislumbra ahora con un fuerte potencial para pasar a la segunda vuelta el 2016 y ganar las elecciones semanas después. Pero qué ha pasado, qué cosas han cambiado y qué le ayuda ahora para tener un posible triunfo.
Para empezar es pertinente reconocer que Keiko ya no tiene que ocultar su deseo de indultar a su padre. Ya es vox populi que Alberto Fujimori está más cerca que lejos de una acción de este tipo, sea por su hija o por otro Jefe de Estado. Para ella fue complicado decir en todos los idiomas que no liberaría a su padre, ahora ya no tiene que prometerlo, la gente lo digiere mejor, ya no es una mala palabra.
Otro punto a favor de Keiko Fujimori es que cuando en 2011 ganó casi el 50% del electorado, lo hizo dejando claro que mucha gente emblandeció el corazón con el fujimorismo. Los años anteriores, después de que se encarcelara a Montesinos y se descubriera la corrupción del régimen de Alberto Fujimori, fueron demoledores para sus seguidores. Recordemos que Martha Chávez apenas obtuvo el 10% del electorado en las presidenciales de 2006, que ganó Alan García.
Emblandecer el corazón es muy importante en un país donde lamentablemente por simpatías y no necesariamente por planes de gobierno se gana una elección. Ahora la gente puede ver a Fujimori con simpatía, ahora pueden verla con el perdón del que olvida las cosas malas y se queda con las buenas. Ese un punto muy importante para el fujimorismo.
Otro dato interesante que no debe dejarse pasar de lado es la disciplina de la bancada de Fuerza Popular. Es cierto que ha habido lamentables casos como el de Julio Gagó, pero qué duda cabe que los congresistas fujimoristas han seguido los dictados de su lideresa y por ello se han dejado ver como la principal fuerza política del país.
Hay que recordar también que la mega corrupción de los años 90 le hizo mucho daño a la candidatura de Keiko en 2011. Sin embargo lo visto en el segundo gobierno aprista y las recientes acusaciones a Alejandro Toledo por el caso Ecoteva ponen lamentablemente a todos entre los corruptos y claro con esos antecedentes al fujimorismo ya no se le puede enrostrar que son los únicos que han llegado al gobierno en los últimos 20 años con malos hábitos.
Como vemos, Keiko Fujimori puede no tener las características de una mujer notable para la política. Si vemos sus antecedentes encontraremos que como congresista no dio ninguna ley que haya sido historia. No obstante ya ha ganado simpatías, ha borrado odios y ha logrado que los antis como Toledo estén prácticamente desterrados y le den por ello carta abierta para una elección llevadera.
Qué duda cabe pues que el fujimorismo se ha lavado la cara y puede presentar sus primeros logros electorales este 5 de octubre cuando varías regiones celebren con la letra K naranja un triunfo. Esto por supuesto no quiere decir que todos olviden las cosas demenciales de la dictadura de los 90. Pero vaya logro el que obtendrían si se les da una nueva oportunidad ¿Acaso a otro personaje de la política no se le dio una segunda oportunidad cuando su primer gobierno había sido un desastre? Todo puede pasar en el Perú, país de los desmemoriados y de los que lo perdonan todo.