La agenda caviar 2016-2021 tiene los siguientes componentes, de acuerdo al movimiento realizado en los medios de comunicación y en las entidades públicas y ONGs privadas, desde el 28 de julio pasado en el Perú:
1) Ideología de género y sexo recreativo, comenzando por la educación inicial, mediante un curso de educación sexual, como se ha visto en los programas del Currículo oficial, los anteproyectos de leyes presentados en el Congreso en el lustro del ex presidente Ollanta Humala, la sistemática campaña contra la doctrina cristiana y la Iglesia católica y el debate habido en el CADE Educativo 2016. Es el éxito de lo material sobre lo espiritual;
2) Memoria histórica, consigna para reescribir la historia del Perú con la media verdad, que es la mejor mentira, de subrayar los hechos propios de la agenda caviar y ocultar la realidad de una sociedad que piensa distinto. La meta es imponer un pensamiento único, como se refleja en el Lugar de la Memoria Tolerancia y la Inclusión Social, inaugurada el 17 de diciembre de 2015, que expone la violencia en el Perú entre los años 1980 y 2000, con un sesgo antimilitarista ofensivo a las Fuerzas Armadas en la pacificación del país contra el terrorismo de Sendero Luminoso y el MRTA:
3) Agnosticismo religioso, con la finalidad de no acomodar la conducta a la doctrina cristiana sino la creencia religiosa a la conducta individual y colectiva, promoviendo de esta manera la ideología liberal, el relativismo en todos sus ámbitos. Se trata de arrinconar a los católicos practicantes y a la jerarquía de la Iglesia católica, con una estrategia sistemática de amedrentamiento ideológico.
Desde el punto de vista político esta agenda busca consolidad una moral individualista, de libertad de conciencia luterana, cambiando la legislación actual por otra que promueve falsos valores y derechos, convirtiéndolos en dogmas seculares y falsos derechos humanos, de tal manera de erradicar la conducta cristiana del país.
Este fenómeno no es nuevo ni propio de los peruanos. Viene de lejos, del viejo continente, agotado por el abuso de sus las riquezas del estado de bienestar y el abandono de la disciplina ética en el gobierno de las naciones. La crisis de la democracia en la Unión Europea, el inicio de su desintegración de la misma con el Brexit, la desesperada búsqueda de petróleo en el mundo sin importar las vidas humanas, la invasión musulmana mediante la emigración que huye razonablemente de la guerra que apadrinan Estados Unidos y Rusia con un ridículo y macabro cese al fuego de siete días, y España con un inoperante gobierno en funciones durante un año, son apenas algunos signos de la corrupción democrática.
Porque el relativismo moral que erradica la verdad moral conduce a la desaparición del bien común de la sociedad; y por tanto, a la pérdida de la brújula para señalar el norte del verdadero progreso humano de las naciones, donde el sistema democrático ya no funciona, dejando un enorme vacío político en el poder del estado. Y quedando los medios de comunicación sin rumbo como el primer poder de la sociedad.