La moral está en los memes, por Gonzalo Ramírez de la Torre

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No es raro, incluso puede que sea lo más común, encontrarse con personas que aseguran que la moral es un concepto inmutable, que no se afecta con el paso del tiempo. De hecho, algunos creen que todo aquello que es comprendido como “moral” está escrito en textos religiosos como la Biblia y lo que ahí dice es, axiomáticamente, la forma correcta de vivir e interpretar lo que es correcto o no. Esto a pesar de que el citado texto haya empezado a escribirse hace miles de años.

Lo cierto es, sin embargo, que la moral, como toda idea y creencia humana, está sometida a un constante proceso de evolución, donde la realidad es la máxima curadora de lo que ha de mantenerse y de lo que ha de extinguirse. Dicha realidad, naturalmente, no está sujeta a la voluntad de algún sujeto o institución iluminada que busca encauzarla, sino que se da espontáneamente gracias a la interacción entre los individuos (o una mano invisible, si se quiere).

El proceso, de hecho, es muy parecido al que se da biológicamente, donde el paso del tiempo y la supervivencia de ciertos genes (sin la necesidad de intervención humana), termina en la formación de animales mejor adaptados para lidiar con las características de su entorno. En teoría, mientras más tiempo pasa, mejor equipada para sobrevivir está una especie. Lo mismo sucede con la cultura.

En 1976, Richard Dawkins, en ‘El gen egoísta’, acuñaría por primera vez el término ‘meme’. La intención, empero, no era ponerle nombre al fenómeno hoy vivido en las redes sociales. Un “meme” para Dawkins es una unidad cultural, como un “gen” lo es para la biología (la lectura de los dos términos en inglés le da más sentido a la relación). Así como un gen puede transferir entre individuos características como el color de los ojos, un meme, al transferirse de persona en persona, termina compartiendo comportamientos, ideas y creencias, como por ejemplo la actitud hacia las minorías. La diferencia está en que los genes se adoptan biológicamente y los memes a través del ejemplo o palabra.

Y así como los genes, los memes evolucionan a través del tiempo y los que perduran son los que más réditos (aunque sea percibidos) le generan al individuo.

F.A Hayek en ‘La Fatal Arrogancia’, propone un concepto similar. Él demuestra que todas las instituciones humanas, desde la familia hasta la moral, van evolucionando y mejorando a pesar de las intenciones humanas, especialmente de aquellos que, por su fundamentalismo, quieren que impere un solo concepto inmutable.

Y la realidad histórica demuestra con absoluta claridad que este concepto es cierto. Un ejemplo de ello es la forma en la que ha evolucionado el trato que se le da a los “axiomas” propuestos por la Biblia. Hoy nadie (salvo algunos pastores evangélicos) sería capaz de pensar que es correcto condenar a alguien a muerte por faltarle el respeto a sus padres (Levítico 20: 9) o matar a una persona por ser homosexual (levítico 20: 13). Nadie, tampoco, siquiera consideraría como una opción sacrificar el cuerpo y la vida de una mujer para salvar su propio pellejo (Jueces 19: 24).

Estos cambios en la forma de entender lo que es correcto, aceptados (espero) por la mayoría, bastan para mostrar que la moral trasciende lo dicho en los textos bíblicos. Y créanme que, tomando en cuenta los ejemplos mostrados y otros más, esto debería aliviarnos.

Y claro, la mutación de los memes de la moral no solo está en el plano religioso. Esta evolución moral fue la que finalmente nos hizo entender como especie las maldades de la segregación, de la esclavitud y (aunque no a todos todavía) del machismo y la homofobia. Todas cosas que antes eran moralmente entendidas como correctas y que impedían el avance armónico y libre de la sociedad.

Hoy es el día del orgullo LGTB. Un día donde se pretende, sobre todo, visibilizar a una porción de la población vista como “inmoral” por parte importante de la sociedad peruana. No existe mejor oportunidad, entonces, para tomar en cuenta que la moral, a diferencia de lo que dicen algunos, no está escrita en piedra. La moral evoluciona. Dicha evolución, hasta ahora, nos está guiando, a la sociedad occidental, por el camino de la libertad y tolerancia de las diferencias, en el Perú solo falta ponerse al día.

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