La niña de 15 años, por Josef Zielinski

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Como todos ustedes leo estupefacto esta noticia.Solo tenía 15 años. Sus padres estaban separados y ella no vivía con ninguno de ellos, al haber migrado ambos a otra ciudad. Ella – a pesar de ser una menor de edad – vivía solo con amigas. Es evidente hasta aquí la situación de desamparo en la que se encontraba esta menor. Fue drogada en una fiesta y ultrajada por alrededor de 6 sujetos, varios de ellos también menores de edad. Consecuencia de esto sufrió una infección generalizada y muere pocos días después en el Hospital de Huamanga.

Más de uno dirá – con razón por cierto ¿Qué hacía esta niña viviendo sola? ¿Por qué sus padres prácticamente la abandonaron? Pero yo me pregunto también ¿Y que con el respeto a la dignidad de la persona? ¿Por qué algunos hombres – incluso menores de edad – son tan esclavos de sus instintos al punto que – con tal de satisfacerlos – son capaces de atentar contra la integridad y el honor de una persona? ¿Qué estamos haciendo como sociedad y como seres humanos para que el respeto, la solidaridad y la primacía de la dignidad de la persona humana primen en nuestras relaciones sociales?

Mi colega Franco Mori escribió hace pocos días sobre su disconformidad respecto la libre distribución de la denominada “píldora del día siguiente” y las críticas que ha recibido por dicha opinión, incluidas algunas descabelladas amenazas de muerte, han sido terribles y en extremo intolerantes, no obstante el hacía hincapié en que la libre distribución del AOE no va a disminuir el número de violaciones ni de embarazos no deseados – como tampoco la libre distribución de profilácticos las ha disminuido – y las evidencias empíricas le dan la razón.

Como una antigua publicidad de una conocida marca de condones decía en su eslogan “Condones X la protección para parejas RESPONSABLES” (el resaltado es mío). Me pregunto ¿la libre distribución de profilácticos en nuestro país, va aunada con una adecuada educación sexual en los jóvenes, basada en el respeto mutuo y la responsabilidad? El uso de profilácticos es uno de los efectos inmediatos del manejo de una sexualidad responsable y sin la responsabilidad sobre los actos – específicamente sexuales en este caso ¿vamos a suponer como descontado el uso de profilácticos? En otras palabras ¿podríamos haber evitado esta y muchas otras violaciones que pasan desapercibidas para la opinión pública con la libre distribución de la AOE? Pensar que las violaciones o los embarazos no deseados van a disminuir únicamente con la libre distribución de anticonceptivos es tan absurdo como suponer que vamos a acabar con la ludopatía prohibiendo la existencia de casinos o el alcoholismo prohibiendo la venta de alcohol.

El terrible caso de Ayacucho nos ha reventado en la cara y muestra el lado más podrido de nuestra sociedad. Salvo el asesinato, ningún delito es más execrable que una violación sexual, por las consecuencias y traumas posteriores que se dan tanto en la víctima como en la familia. Esto nos debe servir como advertencia sobre la forma en la que el Estado y la sociedad están combatiendo esta lacra. Es urgente que ONG´s, Estado, Iglesia, medios de comunicación colegios, partidos políticos y ciudadanos dejemos de lado nuestras posiciones y velemos por lo que es el interés común en nuestra sociedad, que es el de valorar y proteger la dignidad de la persona humana. De nada sirve la libre distribución y venta de anticonceptivos si es que esta no va aunada a una educación en la que se fomente en nuestros niños y jóvenes el respeto hacia sí mismos y hacia los demás.

A veces tengo la impresión que la persona en nuestra sociedad es vista como cualquier cosa, menos como lo que en esencia es; un ser humano único e integral que no únicamente debe ser visto como un consumidor o un sujeto dentro de un colectivo. Comprendamos esto de una vez, antes de que sea demasiado tarde.

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