La vieja carta del enemigo común

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El Presidente Ollanta Humala ha empezado este último mes a tejer puentes con la oposición ¿Un poco tarde? Sí ¿Se ve desesperado? Un poco. Estratégicamente quizá no ha escogido el mejor momento tampoco, los líderes han empezados sus campañas y todo es una competencia y cualquier cosilla que pueda desacreditar al gobierno y hacer temblar al nacionalismo se exprimirá al máximo. En términos prácticos los puentes debieron construirse desde el principio con una oposición que se sintió, de forma totalmente comprensible, relegada por un gobierno que recién está dando señales de saber escuchar. Ahora llega Humala, llevando a cuestas un gobierno leproso que se va despedazando con cada día que pasa y le pide clemencia a una oposición que no se la concederá gratuitamente.

Pero bueno, el punto es que Humala está buscando construir puentes y recientemente le ha aparecido una oportunidad interesante: El espionaje chileno. Desde tiempos inmemorables la figura del ‘enemigo común’ ha sido utilizada por los gobiernos para enfriar enemistades políticas y eclipsar los antagonismos, le das al pueblo y a la oposición algo para que odie a tu lado y dejan de ser un problema. Tengo el presentimiento que el gobierno ya sabía de esto hace un tiempo pero que lo tenía guardadito para cuando Humala empezara su campaña de concilio. Ojo, no dudo que estos sujetos son espías chilenos y que esto merece una explicación chilena y una posterior charla cordial y diplomática con el vecino del sur para arreglar las cosas sin complicar nuestras relaciones bilaterales, pero no puedo evitar pensar que es demasiado conveniente que esto suceda ahorita. No sé, quizá soy un poco paranoico.

Ahora hay otra cosa ¿Cómo lograron estos espías incrustarse en nuestro sistema? Probablemente hubiera sido mejor que la hoy desparecida DINI se hubiera dedicado a vigilar las instituciones del país para que este tipo de cosas no sucedan en vez de hacer torpes reglajes a personas que solo pueden dañar al gobierno y que no afectan bajo ninguna medida la integridad de nuestra seguridad nacional. Personalmente me da muchísima vergüenza ver que mi gobierno no tiene la potencia mental para filtrar efectivamente las personas que entran a sus instituciones. Pero claro, usted me va a decir que son espías bien preparados que lo hicieron todo de forma perfecta, pero ¿no es un poco rochoso que la inteligencia de otro país supere a la propia tan impúdicamente? También hay unas cuantas cosas que decir de estos ‘espías’ ¿Qué clase de asqueroso ser humano traiciona a su patria con tremendo descaro? Esta gente merece pasar el resto de su vida detrás de una reja. Que cosa tan repugnante.


PD: para la próxima amigos chilenos, consigan espías que no vayan a ser descubiertos, si van a espiar háganlo bien, la idea es que el espiado no se dé cuenta… parece que trabajaran con la DINI.