A días de la segunda vuelta francesa, es un hecho consumado –sí, así lo digo (contradiciendo quizá mis postulados sobre elecciones)- que el ex ministro de finanzas del saliente presidente socialista François Hollande, Emmanuel Macron de 39 años, se convertirá en el presidente número 11 de la quinta república francesa (creada en 1958 por Charles De Gaulle).
Pero… ¿Podría haber un cambio de 180 grados a días de una segunda vuelta que ya se da por ganada en favor del señor Macron? Bueno, pues sí. Y para ello hagamos un poco de historia reciente. En enero de 2015, la revista Charlie Hebdó era víctima de un ataque terrorista en sus oficinas debido a una caricatura sobre el profeta Mahoma considerada ofensiva por musulmanes radicales. Días después de ese atentado, un grupo terrorista atacó un supermercado judío en los suburbios de París. Posteriormente, a finales de 2015, París volvía a ser víctima del terrorismo islamista con el atentado contra el cabaret Bataclan (con toma de rehenes incluida), el Estadio de Francia, y otros ataques en algunos barrios de las afueras de París; en todos estos atentados, ISIS reconoció su responsabilidad. Ya en 2016, durante las celebraciones del 14 de julio (día de la toma de La Bastilla, día nacional de Francia), un jihadista subido en un camión, se volcó contra los asistentes que estaban participando de los festejos en el malecón de esa ciudad; nuevamente ISIS se adjudicó el ataque, perdiendo la vida más de 80 personas. Todos estos hechos reforzaron el discurso de la hoy candidata del Frente Nacional Marine Le Pen sobre sus posturas de cerrar las fronteras y controlar la inmigración; los hechos acontecidos llevaron por algunos meses a la señora Le Pen a encabezar los sondeos para las elecciones presidenciales de este año.
Ustedes me podrán decir que cómo puedes poner en futuro un titular si ya hubo un atentado terrorista en París a días de la primera vuelta y que le costó la vida a dos policías. Bueno, quizás ofenda a algunas personas con lo que voy a poner, pero lo sucedido el jueves previo a la primera vuelta francesa no tuvo la suficiente cuota de sangre como los hechos antes citados, y no se pareció en nada a los atentados de Atocha ocurridos en Madrid el 11 de marzo de 2004 (en este punto me explayaré más adelante).
Ahora entremos en materia. Marine Le Pen, si quiere revertir la tendencia a la derrota –la cual a la luz de estos días es un hecho inevitable-, Francia debería sufrir un ataque similar o más destructivo que el vivido por los madrileños en la estación de Atocha hace 13 años. Por qué lo digo de esta manera; hagamos un recordaris. Era un jueves 11 de marzo de 2004, España estaba a tres días de sus elecciones legislativas en las cuales la continuidad del Partido Popular en el gobierno –y que en esta ocasión estaría encabezado por Mariano Rajoy- no era discutida por nadie, como sucede hoy en Francia, era un hecho consumado. Y la diferencia entre populares y socialistas (encabezados por José Luis Rodríguez Zapatero) era de entre 2 o 3 puntos, dependiendo de la encuestadora y el medio que la publicase. Pero esa mañana, cuatro trenes (dos de los cuales estallaron a poco de entrar en los túneles de Atocha) que iban en diferentes sentidos explotaron casi en simultáneo unas diez mochilas causando la muerte de centenares de personas. En un primer momento, los voceros del gobierno español –como los representantes de la campaña de Mariano Rajoy- le atribuyeron la responsabilidad de los atentados al grupo terrorista ETA; esta aseveración se mantuvo durante varias horas. Posteriormente, la investigación que efectuó la Guardia Civil española demostró que el responsable del hecho fue el grupo terrorista Al Qaeda, quienes finalmente se adjudicaron la responsabilidad en su página web.
Con el reconocimiento por parte de Al Qaeda como responsable del atentado -debido a la participación española en la operación Libertad Duradera [1]un año antes-, este hecho generó que los electores españoles fueran a votar con miedo por lo sucedido, y por consiguiente, eligieran la opción del PSOE[2] liderado por José Luis Rodríguez Zapatero; quien dijo que de ganar la elección retiraría al contingente español en Irak. Es decir, Rodríguez Zapatero logró revertir una elección que ya tenía perdida a tres días de la votación; y todo ello como consecuencia de un hecho fortuito de sangre.
Dicho esto, con un atentado como el de la estación de Atocha, siendo perpetrado por ISIS, así sea a 24 horas de la elección, catapultaría a Le Pen a la victoria o sino obtener una votación mucho más amplia de la que hoy las encuestas le pronostican puesto que ella por mucho tiempo en solitario ha advertido los riesgos que tiene para Francia el terrorismo islamista y el tener una política de fronteras abiertas. No olvidemos que el miedo es un consejero muy escuchado en época de elecciones.
Como persona deseo que este escenario ficticio –pero factible- no se materialice, y que el terror deje de castigar de una vez por todas al pueblo francés. Y que el señor Macron, de suceder este escenario, demuestre tener muñeca política y le transmita a sus futuros gobernados una imagen de fuerza y de lucha implacable contra el terrorismo, y que el centro no es sinónimo de debilidad.
Post Data. Leo en algunos medios que dicen que de atacar Estados Unidos a Corea del Norte se iniciaría una guerra en la península coreana. Pues eso es falso. Porque cuando se firmó el cese al fuego permanente en 1953, solo se acordó -y lo repito- un cese al fuego. Es decir, que ambas coreas siguen en guerra desde hace más de 60 años, y por tanto no habría una nueva guerra, sino la continuación de la anterior. Fin de la pastilla cultural.
[1] Nombre con el cual se conoció a la operación liderada por Estados Unidos, y apoyado principalmente por el Reino Unido y España, para invadir Irak en 2003 en razón de la supuesta presencia de armas de destrucción masiva.
[2] Partido Socialista Obrero Español