Lo que pasa en la tele ¿Se queda en la tele?, por Alfredo Luna Victoria

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Los reality de competencia en nuestro país, tienen una audiencia muy grande. Pero son criticados por lo que transmiten, pues sus participantes compiten en diminutas prendas,  muchas veces infringen el horario de protección al menor con palabras o acciones. Incluso son acusados de no transmitir cultura y de reflejar la falta de educación en nuestro país. La dinámica de los programas gira alrededor de escándalos, problemas de parejas, coqueteos y discusiones ¿Esto realmente se solucionaría cambiando el horario de estos programa? ¿Se seguiría viendo de igual manera? ¿Es realmente ese el problema?

Parece que en Perú el problema de los reality no es tan grande a diferencia de otros países. Todo empezó con Jersey Shore, un reality show de la cadena MTV. El programa no consiste en competencias como las que tenemos acá. Sin embargo, también se presta a la polémica. Que es lo que realmente busca esta clase de programas. El show consiste en reunir a ocho jóvenes desconocidos en una casa, con valores centrados en la obsesión por el físico, la fiesta y el sexo, que son grabados durante todo un verano sin algún guion. Estos ingredientes son perfectos para tener como resultado mucha polémica. La violencia, el drama y las discusiones no faltan en las casas de los ‘shores’. Todo esto sin una clase de censura.

La gran popularidad que obtuvo Jersey Shore, hizo que la cadena hiciera del programa una franquicia para otros países como México, España e Inglaterra.  Las criticas no se hicieron de esperar. La mala reputación que generaban, era el motivo. Incluso llegan a rebasar los límites de estereotipos. En el 2010 el gobernador de New Jersey, Chris Christie, dijo que se desvirtúa la imagen del estado, además alegó que la mayoría de miembros del reparto ni siquiera eran propios del mismo estado. Sin embargo, la encuesta de Fairleigh Dickinson University lanzado en PublicMind en febrero de 2010 mostró que el 59% de los estadounidenses que habían visto el programa tenían una opinión favorable de Nueva Jersey, en comparación con solo el 44% que no había visto el reality. La encuesta FDU repitió la encuesta telefónica nacional en 2011 y mostró resultados similares. En consecuencia, el director de la encuesta, Peter Woolley llegó a la conclusión de que «estas medidas… sugieren que el programa no está haciendo daño a la opinión de la nación del Estado. De hecho, puede ser la promoción de una de las mejores características del estado».

El show no pretende dar ningún tipo de lección, simplemente es un reflejo del comportamiento de los millennials. “Ellos no son modelos a seguir. Son chavos que están de fiesta y que así viven la vida, con el detalle de la cámara que los siguió durante este tiempo”, dijo Luis López, productor de Acapulco Shore.

A pesar del rechazo que generan en los habitantes locales de las playas donde veranean, los ‘shores’ se han convertido en el principal motivo por el cual ciudades como New Jersey, Acapulco, Gandía y entre otras, se han convertido en los destinos preferidos de un turismo enfocado en la fiesta salvaje. El turismo ha incrementado notablemente en estas ciudades a costa de los reality. Como dicen por ahí, no hay publicidad mala.

La gran pregunta es ¿Qué tan lejos estamos de esta realidad moralmente inestable? ¿Este tipo de comportamientos es cada vez más normal en los jóvenes? Creo que tan sólo hace falta dar un vistazo a las fiestas del sur chico.