Los aprendizajes organizacionales negativos, por Gonzalo Indacochea

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Evaluar el nivel de un equipo por los resultados que obtiene, olvidando el desempeño que mantienen, genera aprendizajes negativos que suele traer consecuencias en la búsqueda de sostener los resultados organizacionales.

Tengo la hipótesis de que los fracasos empresariales, deportivos o sociales están inexorablemente ligados a la proliferación de aprendizajes negativos en la cultura de las organizaciones.

Los aprendizajes negativos surgen cuando los líderes y la cultura de una institución premian el resultado por encima del desempeño, proceso, esfuerzo, servicio al cliente interno y/o externo y olvidan la disciplina en la ejecución.

Aquello es equivalente a premiar a los hijos por sus buenas notas, independientemente de que hayan estudiado. Esto último es un error, porque sostener los resultados futuros depende de las competencias, hábitos o virtudes que mantengan los colaboradores de una organización o equipo. En este último caso aplica la máxima de San Ignacio de Loyola: “quien no avanza, retrocede.”

Otros ejemplos de aprendizaje negativo los vemos en directores de empresas que premian los resultados del negocio sin preocuparse de satisfacer consistentemente las necesidades reales de los stakeholders, con lo cual ponen en riesgo la sostenibilidad futura de las organizaciones.

Los líderes necesitan estar alertas a desactivar los aprendizajes negativos y reforzar los positivos a través de los mecanismos de valoración explícitos o tácitos de los sistemas de gobierno y gestión.

Por otro lado: si los resultados no acompañasen a los colaboradores que mantienen un buen desempeño, cuide mucho el transmitir ansiedad en la consecución de resultados y quitar el foco del desempeño sostenido por aquella comprensible necesidad, que es altamente probable que, tarde o temprano, se genere el efecto contrario: merma en los resultados futuros. Obtener resultados sin buen desempeño, suele ser equivalente a hacer negocio atendiendo mal a los colaboradores, proveedores o clientes; siendo esto pan para hoy y hambre para mañana.

Más ejemplos de aprendizajes negativos los podemos ver en diferentes realidades como: Kodak, equipos deportivos como el Real Madrid de la temporada 2014-2015, entidades financieras de USA y Europa, etc; y ya sabemos las consecuencias: quiebra de Kodak (durante una década fueron perdiendo capacidad innovadora, participación de mercado, y aunque tenían profit este fue disminuyendo hasta que se declararon en quiebra), pérdida de la anterior liga por parte del Real Madrid, la quiebra de las instituciones financieras y la crisis económica mundial.

Como vemos: los resultados económicos o numéricos son un indicador engañoso que puede estar maquillando el desempeño y por lo tanto la capacidad de la organización para ser sostenible en el tiempo.

Para finalizar: quiero compartirles mi preocupación por ir más allá en este análisis y preguntarnos si acaso el “éxito” en el trabajo, con un pobre desempeño personal y/o familiar: ¿no será un aprendizaje negativo que, camuflado de bienestar, oculte el rostro de insatisfacciones humanas más profundas?…