Los jóvenes: una oportunidad histórica para el país, por Saúl Hidalgo

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Por Saúl Hidalgo

En la actualidad, podemos apreciar la participación de diferentes grupos juveniles de toda índole, bajo modalidades muy diferentes y con distintas implicancias para la acción política. Los jóvenes nos expresamos en múltiples espacios, además de los tradicionales, como los partidos políticos, sindicatos o incluso movimientos estudiantiles. 

Por un lado, desde hace varios años, la expresión de la voz juvenil sobre lo público, lo político y lo privado, se da a través del arte callejero, actos y movilizaciones, grupalidades basadas en intereses e identidades musicales, modos de acción colectiva que a simple vista parecen tener que ver más con lo cultural que con lo político. Sin embargo, en todas estas acciones nosotros los jóvenes estamos expresando nuestras visiones de lo social. En algunos casos, confluyen con reclamos dirigidos al Estado. 

Por otro lado, los jóvenes hemos convivido con la corrupción lo cual lo consideramos como una práctica ya implantada en nuestra costumbre, en nuestro quehacer diario y lo hemos empezado a identificar por los últimos escándalos políticos, pero en realidad siempre ha existido. Asimismo, en toda nuestra historia Republicana, proceso histórico, las divisiones y fecundaciones que ha habido en la sociedad han hecho que se generen canales para, “facilitar ciertos procesos”, cuando debería ser de otra manera. En los últimos meses estamos viendo con más intensidad y densidad, los grandes casos de corrupción como Odebrecht; sin embargo, no vemos que hay también diferentes niveles de corrupción y que, incluso, nosotros formamos parte de algunas de esas prácticas. En añadidura, combatir la corrupción debe comenzar por vernos a nosotros mismos: debemos reflexionar sobre cómo estos actos reflejan en parte lo que nosotros somos como individuos, como miembros de la sociedad y en nuestra profesión. Es decir, esto es un proceso que empieza en casa, en el colegio, pero también tiene que haber esfuerzo de parte del Gobierno a nivel nacional y de la sociedad civil. Solo así todos podremos lograr este cambio, que va a tomar décadas. No estamos acostumbrados a que nos digan qué hacer. Eso va a tomar tiempo y es algo en lo que todos tenemos que contribuir.

Finalmente, considero que estas elecciones es la oportunidad perfecta de todos los partidos políticos de mostrar a la sociedad a sus jóvenes valores (25-35 años), otorgándoles los primeros números en la plancha congresal y que no los utilicen como relleno como usualmente lo es. Así también, se cometería el mismo error que se presenten y votemos por las mismas personas que postulan siempre en cada elección distrital, provincial, regional o congresal. Los jóvenes no tendremos la experiencia, pero lo que tenemos es todas las ganas de querer hacer bien las cosas con decencia y eficiencia, es por eso que hay varios jóvenes que nos hemos preparado toda nuestra corta vida para poder servir al Perú. 

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