Más rojo que morado, por Gonzalo Ramírez de la Torre

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Hay oportunidades que un político, especialmente uno que está procurando un futuro electoral, no puede desperdiciar, sobre todo esas que pueden resultar en la acumulación de futuros votantes por sentar una posición clara sobre un tema específico. Esto, sin duda, lo entiende muy bien Julio Guzmán, excandidato presidencial y líder del ‘Partido Morado’ (que por ahora de partido solo tiene el nombre). Así, a vísperas de la marcha contra el indulto al expresidente Alberto Fujimori, el ex aspirante al sillón de Pizarro, leyendo en la situación una oportunidad para acaparar simpatías de ciertos sectores de la población, emitió un curioso comunicado.

En este, Guzmán, a través de su movimiento, se manifiesta en contra de un posible indulto a Alberto Fujimori. Una posición ciertamente coherente con lo postulado por el excandidato de Todos Por el Perú durante su frustrada gesta electoral. Sin embargo, no es en la posición sobre el indulto donde reside lo curioso del pronunciamiento, esto está en a quiénes Guzmán responsabiliza de que esto sea una posibilidad.

Según él, detrás del indulto está “una élite frívola” constituida por “la derecha de siempre”,  que forma parte del “establishment” y que busca, como dice, “impunidad y licencia para enriquecerse a costa de las mayorías”. Estoy seguro que no soy el único que se ha sorprendido por el vernáculo un tanto bolchevique de un señor que se hace llamar de centro y por lo mucho que el comunicado parece buscar la aclamación de una tribuna harto específica. No obstante, lo que llama más la atención es la gratuidad del ataque que busca atestarle a la derecha nacional.

Quizá el corazón de Guzmán esté, para muchos, en el lugar correcto, en lo que respecta a manifestarse en contra del indulto, pero estoy seguro de que la mayoría puede coincidir en que la invocación a la supuesta posición en el espectro político de quienes motivan el indulto, es un tanto jalada de los pelos. No solo porque no existe una relación lógica entre cuánta intervención estatal un individuo pueda querer en la economía con su posición sobre el indulto, sino también porque ignora el hecho de que existen muchas personas de derecha que pueden estar fuertemente en contra de la medida en cuestión.

Pero claro, quizá esto responde a una preocupante miopía política sufrida por Julio Guzmán, que lo hace pensar que la discusión sobre el indulto se limita a un enfrentamiento entre modelos económicos y no, como en efecto lo es, a una discusión sobre lo que dos bandos consideran justo o no. Si esto es lo que está pasando por la cabeza de líder del Partido Morado, se nota que está completamente perdido. Sin embargo, sí, por otro lado, el comentario fue dirigido con el afán de atacar un modelo económico y a aquellos que lo apoyan, de pronto estamos ante un sujeto que con muchísima facilidad contradice la postura de “centro” que dice tener, optando, más bien, por una más jalada para la izquierda.

Más que por una cuestión asociada a su cualidad de derechista, si Pedro Pablo Kuczynski opta por darle el indulto a Alberto Fujimori, lo hará por una cuestión de táctica política. El indulto, sin duda, podría tener como intención apaciguar a la oposición fujimorista en el Congreso y, así, tentar una relación más manejable (lo efectivo de esa jugada es otra discusión).

Así las cosas, de la misma forma que es absurdo asumir que todos los que se oponen al indulto están respondiendo a una conspiración caviar y terrorista, también lo es sugerir que los que están a favor responden a una elucubración de la derecha. Sin duda la propuesta conspiranóica de Julio Guzmán hace que pierda seriedad como político, especialmente cuando su postura responde de forma clara a sus ansias de reaccionar a una oportunidad política. Sin embargo, no hay que desestimar el hecho de que el excandidato presidencial escogió encauzar dicha oportunidad para atacar con inusitada violencia a una porción del espectro político, dejando claro que este señor, según muestra, es más rojo que morado.