Memoria no es conflicto, por Cristhian Rojas Suárez

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Mientras se realizaba la juramentación de los nuevos congresistas para el periodo 2016-2021, algunas personas en redes sociales reclamaron que los mensajes de las parlamentarias del Frente Amplio al asumir el cargo eran claras muestras de confrontación y no representaban un aporte a la conciliación nacional.

Sin embargo, recordar a las víctimas de los delitos cometidos en el gobierno fujimorista (asesinatos a cargo del Grupo Colina y las esterilizaciones forzadas) no representa un ataque a este partido, sino un ejercicio de memoria. Solo podría considerarse un acto de provocación en tanto no se acepte que estos hechos fueron reales o se busque minimizar los delitos cometidos en un periodo muy complejo para el país. Mantener los excesos de este periodo en la mente de los ciudadanos, más allá de hacerlo durante campañas electorales, resulta necesario para evitar que se repitan, sin importar de donde vengan.

Por ello, es importante mantener en nuestra mente no solo los delitos cometidos desde el Estado en la lucha contra el terror, sino también la brutalidad de Sendero Luminoso y el MRTA contra toda la población, incluyendo a las comunidades y a los líderes de partidos políticos.

Algo muy diferente es el intento de algunos representantes del fujimorismo de vincular a la izquierda con Sendero Luminoso y en general con el terrorismo, llegando incluso a manipular burdamente imágenes para justificarse. Con ello, en lugar de recordar posibles errores de la izquierda peruana en el pasado, algunos sectores del bloque naranja recurren a la difamación, escudándose en la inmunidad parlamentaria.

En este escenario, la juramentación de la congresista Tania Pariona, representante de Ayacucho por el bloque de izquierda, logró resumir de la mejor manera el periodo de violencia que vivimos hace unas décadas y cómo debemos recordarlo: “porque no tengamos terrorismo de ningún tipo, ni subversivo ni de Estado”.

Más allá de que sea visto como codazos imaginarios, mantener la historia viva en nuestras mentes, especialmente la reciente, es un esfuerzo por construir el futuro sin caer en la historia cíclica, algo típico en el Perú. No es posible desarrollar este proyecto en conjunto a partir del olvido o de nunca más mencionarlo. No es justo callar sobre cerca de 70 000 víctimas, como informa la CVR, solo para evitar problemas.

Por el contrario, es justo recordar si es que queremos enfocarnos en superar lo sucedido. Al final de cuentas, cuando se recuerda para construir, la memoria nunca será un ataque.

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