Hace unos días, una página de Facebook de tendencia anti-minera, haciendo alarde de un imperdonable y descarado acto de mentira, dijo que los incas nunca, así como lo leen, NUNCA hicieron actividad minera alguna, y que solamente vivieron de la agricultura, artesanía y textilería.
Con este burdo engaño se busca desinformar a un público que, gracias al desconocimiento de su historia, puede ser engañado y manipulado fácilmente.
Uno puede desconocer algo, está bien. El estudio es un eterno aprendizaje. ¿Pero desinformar de esa manera? Ya pues, no se pasen. En vista que algunas personas en la izquierda digital al parecer no conocen nada sobre el incanato, me permito tomar unos tres ejemplos para demostrarles la magnitud de su desconocimiento o, mejor dicho, su engaño.
Mito 1: en el imperio incaico no había clasismo. Falso.
Para que entiendan un poquito, les cuento. Por si no lo saben, existe una obra de teatro llamada Ollantay, en la cual el general Ollanta le pide al Inca Pachacútec la mano de su hija Cusi Coyor. Ante tal afrenta, Pachacútec destierra a Ollanta debido al atrevimiento de su petición. ¿Algo que decir al respecto? ¿Te la seguirás dando de regio diciendo tremendo disparate? En pocas palabras, en el incanato sí había clasismo, y muy bien delimitado.
Mito 2: en el imperio incaico imperaba la justicia. Falso.
En el Tahuantinsuyo no podías cambiar de oficio, dado que el mismo lo heredabas de tus padres, con lo cual no se le permitía a la persona desarrollarse en otra cosa por más que fuera competente en esa otra actividad. Otra para tu libro. Hablemos de la mita (trabajo gratuito al servicio del ayllu), pero concentrémonos en la mita minera. La mita era obligatoria, y nadie estaba exento de ella. Salvo que estuvieras en el ejército, fueras miembro de la nobleza o te dedicaras al Inti. Así cualquiera. Si a eso llamas justicia, bueno. Te recuerdo que la mita fue adoptada por los españoles cuando llegaron a estas tierras, y de yapa, no le cambiaron ni siquiera las comas.
Mito 3: los incas no se dedicaron a la minería. Falso.
Una de las cosas por las que más destacaron los incas fue la MI-NE-RÍ-A, ctividad que, aefectivamente, no practicaron a gran escala y solamente con motivaciones ceremoniales. De todas formas, si no fueron mineros, entonces explíquenme cómo Atahualpa le ofreció a los conquistadores llenar dos habitaciones con oro y plata hasta dónde llegara su mano. Una cosa es decir que no hicieron minería a gran escala y otra, muy distinta, es decir que nunca hicieron trabajo minero alguno. No sean descaradamente mentirosos, por favor.
Ya. Dejemos la breve clase de historia, que espero les haya hecho entender lo mal intencionado y tendencioso que han sido estos activistas anti-mineros. Ama llulla (no seas mentiroso) mis amigos blogueros, tuitteros y afines.
Sin embargo, a quién también quiero increparle algo es a la derecha y a los sectores que se dicen llamar de centro. ¿Qué vienen haciendo ustedes para dar una batalla ideológica y de información ante una descarada y burda campaña emprendida por la izquierda anti-minera?
Estos grupos desinforman, y consiguen sus objetivos políticos, utilizando información patentemente falsa. ¿Y ustedes dónde están, derechistas y centristas? ¿Están pintados? ¿Qué esperan para reaccionar? ¿Tener una segunda vuelta el próximo año entre Verónika Mendoza y Walter Aduviri? Si no quieren que esto pase, déjense de perder el tiempo y empiecen a hacer política en serio.
Ama llulla, ama llulla…