Mirar sin prejuicios

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Este fin de semana asistí a una reunión de despedida de mi amigo Jorge Olivera, quien se va a Canadá a estudiar una maestría. La despedida fue como suelen ser todas, divertidas pero con una sensación de vacío difícil explicar. A parte de la promesa de escribir su nombre en el artículo, este reunión, me recordó que el tiempo pasa, las cosas siempre cambian y que nada dura para siempre. Todo esto motivó el articulo que escribo a continuación.

Probablemente les suenan los nombres Usain Bolt, y Michael Phelps (sí no es así, sugiero googlearlos de una buena vez). Deportistas fenomenales, los mejores de la historia en lo que hacen, nos malacostumbraron a creer que los records mundiales pueden ser batidos sin mucha dificultad y que ganar todas las medallas de oro es un deber. En otras palabras hemos podido presenciar a dos leyendas en directo, ver como se forjaban delante de nosotros nuevos capítulos de la historia del deporte.

Y aunque hay gente como Bolt y Phelps, que dominan su deporte de manera indiscutida, muchos son los casos donde más de un deportista o equipo pugnan para coronarse como el mejor del momento, como es el caso de Djolovic, Federer y Nadal; Cristiano Ronaldo y Lionel Messi; y tantos otros ejemplos que deben existir.

A veces discutimos sobre quien es mejor y esto no tiene nada de malo; sin embargo a veces por defender a una de las partes, llegamos a extremos donde desfiguramos la realidad de las cosas y negamos totalmente, o en gran parte, las habilidades del otro y con esto limitamos la experiencia de contemplar el deporte en todo su esplendor.

Esto me pasaba con mucha frecuencia hace algunos años, por ejemplo: yo era hincha a muerte del Rafa Nadal (y lo sigo siendo) y por tanto estaba en contra total de Roger Federer, hasta llegar al punto de decir que no era el mejor de la historia y criticar su estilo de juego. Y esto no sólo me pasaba cuando veía tenis; también me ocurría en el futbol, como seguidor del Real Madrid, me era inconcebible decir que el Barza de Pep jugaba bien, o que era un justo campeón; siempre existía la manera de desprestigiarlo o negarle lo justo, que era decir que era el mejor del momento. Y visto en perspectiva, confieso que me siento mal por haber tenido esas actitudes.

Y he aquí mi reflexión: tenemos la fortuna de vivir en una época donde el deporte ha evolucionado de tal manera que podemos ver en muchos casos a los mejores atletas de la historia en sus respectivos deportes. Records como el de Messi y sus 91 goles en el 2012, Federer y sus 17 Grand Slam o La Décima del Real Madrid, son cosas que difícilmente vamos a volver a ver. Por eso nuestro comportamiento debe tratar de ser como el del hincha madridista en la caída 5 a 0 en el Bernabeu a manos del Barza (los hinchas aplaudieron de pie a Ronaldinho, en un acto de reconocimiento de su genialidad), tratar de reconocer y aceptar la grandeza de las cosas, pues puede que nunca las volvamos a ver.