En todos los lugares habidos y por haber de nuestra capital encontramos una serie de saludos navideños y por Año nuevo. En todas las casas (a excepción de algunas por motivos varios) se encuentran diseños navideños de una navidad creada por el sistema.
Peluches y muñecos con forma de Papa noel, duendes, muñecos de nieve son parte de la variopinta navidad. En algunas zonas parecería que existen nuevos “Flanders” mostrando las mejores luces, los mejores arreglos para los exteriores. Y claro, también los “misterios” forman parte del elenco navideño. Misterios de todo tipo, algunos autóctonos, uno más bello que el otro, uno más caro que el otro.
Parecía ser que en vez de decir “Feliz navidad” las diferentes tiendas nos decían “Gasta más para querer más”. Y sí, muchos padres que no poseen dinero suficiente se sienten tristes por no dar una buena navidad a sus hijos. ¿Y seguimos llamando a esto Navidad?
El Grinch se roba la Navidad porque ve en los ciudadanas y ciudadanos una mayor atención por las formas externas. Decide, como dice el pequeño cuento, robarles la Navidad y les roba los regalos. ¡Eso es la Navidad! Es una película no religiosa ciertamente, con una buena crítica al consumismo que parece ser lo más importante.
Por otro lado, se encientran las mil y un películas sobre Papa Noel, Santa Clauss, etc., con sus duendes, Mamá Noel y otros personajes que han ido apareciendo. Todo eso me hace preguntarme y, creo que con muchos otros y otras, ¿Dónde ha quedado Jesús, el niño de Nazaret, envuelto en pañales, en situación marginal? ¿dónde quedó?
No me encuentro en desacuerdo con que cada quien celebre como quiere. Lo que sí me parece importante es no llamar religiosa a una fiesta que no lo es. Ahora que estamos acostumbrados a celebrar de todo y con nombres largos, habrá que ponerle el día que Papa Noel recuperó los regalos, la Fiesta de los arreglos de nieve que no hay en el hemisferio Sur porque es verano, eL día de gastar y endeudarte. No llamemos Navidad a lo que no lo es.
La capacidad que posee el sistema de domar los símbolos religiosos es fantástica, el libro bíblico del Apocalipsis habla de una bestia que copia los símbolos del Cordero, que es Cristo, que además realiza signos y genera que adoren a la primera Bestia (Ap 13, 11ss). Este bello pasaje no trata sino de un “ministerio de propaganda” que posee la Bestia en el que doma los símbolos religiosos y engaña. No habla de condenación o salvación futura este escrito bíblico sino más bien de la fidelidad de los creyentes, es ello lo que motiva el escrito: que los creyentes no se dejen engañar.
La Navidad ha pasado y ¿qué deja? Niños y niñas defraudados porque quizá sus padres no pudieron comprarle regalos, cerros de basura en algunos distritos, perros alterados por los pirotécnicos, más de 30 incendios en la Nochebuena, deudas contraídas, exceso de peso por la cantidad de carbohidratos. Quizá sean necesarias nuevas versiones de los cuentos de Dickens que hagan alusión ya no viejos avaros sino también a personas que no cuidan la naturaleza, a personas incapaces de dominar sus gastos, a personas que no poseen sentido crítico.
La gran llamada esta Navidad y las siguientes y durante todo el año es a ser contracorriente, a abandonar ese absurdo sentido mercantislita y devolver su significado a la Navidad. ¿No serán necesarios Grinch cristianos?