Odio e ignorancia, por Carlos San Román

Quizá al leer esta columna ya tengamos nuevo presidente y se dirá: “Habemus Comunistarum”. ¿Por qué estamos en esta situación?  ¿Por qué un poco menos del 50% de los electores se han comportado de manera suicida? Digo esto porque insisto con la evidente manipulación de votos que las autoridades no reconocen, lo que daría como ganadores a la dupla diabólica de Castillo y Cerrón.

¿Por qué si hay venezolanos repartidos por todo el continente escapando de la miseria comunista y los cubanos están en estos momentos intentando, luego de décadas, su tan ansiada libertad, los peruanos nos hemos comportado de manera tan irresponsable? La respuesta está en el título: puro odio y la más supina ignorancia.

Pienso que hay dos clases de ‘odiadores’. Están aquellos que aborrecen al que tiene más, poniendo excusas de todo tipo, haciendo sentir que ellos son los malos. Es un ladrón explotador o un privilegiado desinteresado. Esos son los odiadores ideológicos, los ‘comunistones’ y ‘socialistones’.

También quienes han sido capaces de no votar a favor de Keiko o de viciar su voto solo porque ella representa, teóricamente, lo más nefasto de la política peruana.  ¡Felicitaciones!  Lo peor viene ahora gracias a su odio enfermizo.  ¡Háganse ver!  Tienen problemas.

Los ignorantes son menos responsables. De igual manera, existen dos tipos. Primero, los que lamentablemente no han recibido la mínima educación y se encuentran en una situación de vulnerabilidad frente a los odiadores ideológicos, cuyas malas artes los engatusan y confunden.  Ellos, pobres e ignorantes, creen tener poco que perder, pues solo tienen un pan para llevarse a la boca.  Pronto tendrán un cuarto de pan seco.

El resto presenta mayor responsabilidad, ya que teniendo las posibilidades, no se preocupan por entender la historia o lo que pasa más allá de sus narices. Les interesa más el partido de fútbol y la fiesta Covid en lugar de su futuro y el de todos. Ignorantes que no hacen nada por dejar de serlo, terminan siendo manipulados por los odiadores ideológicos.

Es sorprendente e indignante que los cubanos intenten escapar de los leones comunistas hambrientos de poder, y los peruanos hagamos todo lo posible por meternos en sus fauces. Eso califica como una idiotez de odiadores e ignorantes.

Causa lástima ver a muchos decir: “No hay suficientes pruebas”, “Ya es suficiente, que lo proclamen de una vez y sigamos”. ¡Noooooo!, tenemos fundamentos y claramente nos han robado el futuro.  Desde este artículo, continuaré oponiéndome y advirtiendo sobre la peor plaga de la humanidad:  el comunismo.

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