Primero fueron las diferencias entre Keiko Fujimori y su hermano Kenji. La presidenta de Fuerza Popular tuvo que calmar las aguas. Kenji Fujimori se pronunció en redes sociales respecto a decisiones que tomaría el partido ante situaciones hipotéticas. Al parecer el congresista electo más votado tuvo un momento de infortunio al hacer públicas sus opiniones. Por esta misma razón pidió disculpas al partido por sus desatinadas declaraciones. Después fue Salvador Heresi, congresista electo y secretario general de Peruanos por el Kambio, quien se encargó de generar polémica con sus declaraciones. Al enterarse de su ausencia como vocero político en la lista anunciada por Martin Vizcarra, Heresi arremetió contra esta decisión alegando que lo desacreditaban. El tema aún está caliente, pero Kuczynski se ha encargado de poner paños fríos en el asunto. Estos dimes y diretes tienen para rato, serán de no acabar. Tanto Keiko como PPK deberán tener cabeza fría para poder enfrentarse a estas situaciones.
Las discusiones internas serán un problema que deberán asumir ambos candidatos presidenciales. Sin embargo también se verán en la obligación de volver a plantearse y definir su posición respecto a las distintas problemática sociales que vive el Perú. El tema de la Unión Civil, la adopción de niños a parejas homosexuales, el aborto terapéutico, la condena por violación, la seguridad ciudadana, entre muchas otras. Cada descoordinación respecto a las ideas planteadas con anterioridad en sus propuestas respecto a estas problemáticas serán motivo de observación e interés público.
Y es así como los dos contrincantes políticos tendrán que poner mayor cuidado en sus declaraciones y las de la gente de su bancada. El mismo que necesitaran para volver a plantear con mayor claridad sus propuestas. Esto recién comienza. La carne está en el asador, a ninguno se le puede quemar antes de tiempo.