El cambio al cual se refiere el líder checoslovaco de la cita es distinto al que vivimos en la actualidad. Se imaginaba tal vez un pueblo libre de totalitarismo, donde las figuras de aquel genocidio habrían pagado las consecuencias de sus actos, donde haya desarrollo económico y justicia, y sobre todo decisión sobre sus propios destinos.
Con la reciente aquiescencia del Gobierno estadounidense por reabrir sendas Embajadas este 20 de julio, este ideal de libertad de Havel queda en escombros. La decisión de retomar relaciones diplomáticas al más alto nivel ignora de manera cuasi obtusa lo que ha venido dándose en la isla en los últimos cincuenta años.
Por razones que se mantienen en el debate actual nos vemos en la necesidad de recordar por qué una apertura de la isla en las actuales condiciones de allanamiento ante esos crímenes, convertiría a Cuba en algo peor de lo que ya es.
- Hemos referido antes que no existe un nivel bueno de cumplimiento de promesas electorales de parte de la actual administración estadounidense para con el Hemisferio Occidental (Entiéndase así a la “Dirección” encargada de Latinoamérica en el Departamento de Estado). Hubo una reforma migratoria aprobada por los Republicanos que no fue aprobada por la mayoría Demócrata en la Cámara ni en el Senado, así como tampoco un acercamiento económico en la región con más TLCs, acuerdos de cooperación, ciencia, tecnología, sanidad, salubridad u otros. Acercarse a Cuba es los más simple, pero no lo ´mas bueno. Este tiempo electoral en Estado Unidos, al final de este “ochenio” es lo que va a quedar en la retina del votante estadounidense. Ya hay una Ley de Ajuste aprobada en 1996, una Enmienda de los años sesenta y varios programas en el Departamento de Estado(que aprobó la salida de Cuba de la lista de avales del terrorismo), de Comercio, y otras agencias que apoyan a la isla.
- Existen leyes, presentadas aquí, que muestran una voluntad ciega y dogmática de parte de Cuba para alinearse a potencias marxistas. Las recientes leyes de cuotas de importación (si, hay cuotas allá todavía), de licencias de importación, de inversión extranjera directa que favorece inversiones ya existente de China y Rusia. De esta manera, inversiones de Europa, Canadá y Estados Unidos quedan a discreción del Consejo de Ministros (Léase Raúl Castro).
- No existe sistema monetario vigente ni instituciones de mercado. En ese sentido, toda inversión que reciba Cuba irá a la manos del marxismo de Raúl Castro, fortaleciendo su régimen, más que fomentándose democracia en la isla.
- Cuba ha fomentando, organizado y apoyado guerrillas y movimientos terroristas no solo en Latinoamérica sino en el mundo. Las muertes, vidas humanas acaecidas por órdenes de Fidel Castro, costos económicos, políticos, incertidumbre en los pueblos, no tienen reparo. Justicia para todo ello es el clamor del continente. Con la decisión de Obama se obvia y olvida todos estos crímenes.
- Aparte, ello no ha sido sancionado ni por la Corte Penal Internacional, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Naciones Unidas, Organización de Estados Americanos, etc. Por qué ahora lo que dice Estados Unidos es efectivamente aplaudido por la prensa liberal y las izquierdas del mundo?
- La perspectiva liberal estadounidense es todavía muy naïve en este tema. Tanto así que ignora las razones políticas que tiene el Partido Demócrata.
- Cuba sigue infiltrada, gracias a sus servicios de inteligencia, en varios lugares del continente. No tiene sanción, y más bien es cobijada por marxistas locales. Si otros países hicieron lo mismo, serían paria.
Y de repente, la razón más importante es que Estados Unidos, a través de un complejo y dedicado sistema, ha sido el país que más ayuda ha dado a Cuba en las última décadas, a diferencia de la Unión Soviética luego de 1991. A manos del Departamento de Estado, Departamento de Comercio, USAID y agencias especializadas han otorgado ayuda humanitaria y técnica a la isla.
Luego, para abrir Embajadas se necesita que el Senado este de acuerdo con un voto de 2/3. De abrir Embajadas por Orden Ejecutiva (Léase Decreto Supremo), se estuviera polarizando nuevamente al Congreso con la Presidencia.
La necesidad de ganar el voto latino hace presagiar un resultado con cálculo electoral, más que una política exterior bipartidaria, la cual se había estado llevando a cabo por cerca de 60 años de parte de administraciones Republicanas y Demócratas.
El riesgo de no comprender el alcance de estos actos, invitar a pesar que la falta de previsión luego de la “Primavera? Árabe” puede repetirse en materia de impunidad en la región.
Con dinero ingresando a las arcas de Cuba, esta podría degenerar en una China Latinoamérica: Régimen marxista que busca y atrae inversiones, más que una democracia. Lo último es justo lo que persigue Estados Unidos, pero parece no darse cuenta que los medios son contraproducentes.
Sanción y castigo a los dirigentes de Cuba y libertad a sus habitantes no debería ser mucho pedir.